IBAGUÉ. Recordando el famoso robo de las espadas del libertador Simón Bolívar, por parte de la guerrilla M-19 en 1974, ocurrió algo semejante en esta capital. El florete que durante años lució la estatua ubicada en la plaza del mismo nombre fue hurtado.
El Bolívar quedó sin arma para cuidar del lugar que ha sido una de las vitrinas de esta ciudad.
“Eso está mal hecho. La gente no tiene sentido de pertenencia. Todo lo dañan”, explicó Andrea Acosta, transeúnte.
Aunque la elegancia de Bolívar siempre fue acompañada de uniforme de paño, en esta oportunidad desentona la larga capa, con las botas de lujo, porque el florete que le da mando fue arrancada de las manos de nuestro prócer Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar.