Un reciente comunicado de la Fiscalía General de la Nación indicó que a través del Grupo Especial para la Lucha contra el Maltrato Animal, Gelma, lograron 46 imputaciones y 51 casos más fueron llevados a juicio por el delito de maltrato animal en 2020 en el País. Desafortunadamente, entre los Departamentos con mayor número de casos registrados de maltrato animal figura Tolima, superado tan sólo por Cundinamarca, Casanare, Santander, Antioquia y Valle.
Gelma lleva un año en funcionamiento, recibiendo denuncias de casos de maltrato contra animales domésticos y silvestres, dando cumplimiento a la Ley 1774 de 2016 que establece sanciones y multas para quienes inflijan daño a cualquier animal. Según esa entidad, que en 2020 recibió un promedio de 3.6 denuncias diarias, tristemente la ‘Tierra Firme’ figura entre las regiones donde más se maltrata a las diversas especies animales. Sin embargo, también hay quienes dedican sus vidas a cuidarlos y protegerlos del abuso.
Algunos se la ‘guerrean’
Marisol Forero lleva 20 años trabajando por el bienestar de cualquier animal que tiene la oportunidad de rescatar y ayudar en Melgar. En la actualidad la animalista cuenta con un hogar ubicado en una finca en la vereda La Cajita. En este momento, su refugio cuenta con 85 perros y 70 gatos. “Empecé con un animalito, pero gracias a medios y personas que se dieron cuenta de mi labor, fueron llegándome más animales”, relató la mujer.
Así mismo, lamentó la alta incidencia de abuso hacia los animales que hay en su municipio. “Melgar, tan turístico, pero con tanto maltrato. A veces para rescatar animales, me toca hacerlo a medianoche para que no se den cuenta. Llegan casos con quemaduras, machetazos, envenenamientos y hasta violaciones”, afirmó con voz entrecortada Marisol, quien ha tenido que mover cielo y tierra para que sus ‘peluditos’ reciban la atención médica y los cuidados que necesitan al ser rescatados.
Trabajo y recursividad
Muchas de las ayudas que recibe Marisol se deben al trabajo en las redes sociales. En especial, destacó el trabajo del Colectivo Animalista del Tolima, dirigido por la abogada Holy Ann Machuca, quien según ella, ha hecho una investigación para identificar a los rescatistas y brindarles ayuda. Así mismo, en ocaciones ha recibido apoyo de la Alcaldía de Melgar para atención de veterinarios y esterilizaciones.
Ese tema le preocupa, por eso, con ayuda de amigos vende mugs para recaudar fondos y costear las cirugías de perros y gatos. Incluso en ocasiones pide alimentos que sobran en la plaza para alimentar a sus animales. “Mi alma se enriquece, soy feliz rescatándolos, salvando vidas; dándolos en adopción”, expresa Marisol, quien cuenta con la ayuda de tres personas en su refugio.
‘Dejando huella’
Más de 100 caninos y felinos son los protegidos de Harold Pico, animalista de Flandes, quien lleva siete años en la labor de rescate; y dos de haber conformado la Fundación Dejando Huella, además acoge a los ‘peluditos’ de Espinal, Girardot, Ricaurte y otros municipios aledaños. Harold mencionó que el trabajo en las redes sociales es un elemento clave para buscar recursos.
El joven estudiante de trabajo social ha batallado mucho para llevar a cabo su labor. “Hemos tenido una historia compleja, porque la Alcaldía nos pidió el terreno. A comienzos y a finales del año pasado, nos iban a desalojar. Tuvimos que recurrir a abogados”, señaló Harold. El lugar donde está ubicado su refugio le fue entregado por la Administración Municipal anterior. Él y sus colaboradores lo adecuaron, gracias a las donaciones que recibieron.
Una difícil labor
Flandes también tiene un terrible historial de casos de maltrato animal. “Hemos realizado denuncias y estamos a la espera de soluciones, como en el caso del perro que fue enterrado vivo en diciembre. Acá pasan toda clase de abusos. Muchos animales llegan en condiciones deplorables”, afirmó Harold. Así mismo, agregó que Flandes no cuenta con un Coso Municipal, no hay veterinarios públicos ni privados y muy poca gente les ayuda.
En la actualidad cuatro personas colaboran en el hogar de paso en labores de aseo y cuidado de los animales. Harold debe buscar recursos para pagarles y costear los gastos de los perros y gatos, pues es consciente de que no basta sólo con recogerlos, sino que hay que brindarles las mejores condiciones. El joven refirió que por su labor a veces incluso se expone a recibir amenazas. Pero continúa adelante, gracias al apoyo de otros animalistas como él, y de la veterinaria Kelly Martínez de Girardot, quien atiende gratis a los ‘peludos’.
Llamado al cuidado y respeto de los animales
Alejandro Gaviria, fiscal coordinador de Gelma, en diciembre hizo un llamado a las Administraciones Municipales para cumplir con la normatividad vigente en protección y bienestar animal, mediante la ejecución de programas, planes y proyectos; así como incluir la línea de protección y bienestar animal dentro de los Sistemas Locales de Justicia (SLJ) para facilitar la atención y respuesta oportuna frente al maltrato animal.
Lo más preocupante del caso, son aquellas historias de maltrato que no se reportan o los muchos casos que están a la espera de solución, según los rescatistas de animales por falta de interés o conocimiento de las autoridades. Por eso, lanzaron un llamado al respeto y cuidado de los animales, pues como precisó Marisol Forero, en caso de no poder responsabilizarse por ellos, es mejor darlos en adopción.
Entre las recomendaciones entregadas por el Gelma para contribuir al cuidado de los animales están:
– Adoptar y no comprar animales de compañía.
– Esterilizar a sus mascotas.
– No contribuir al tráfico de especies silvestres.
– Evite que sus mascotas salgan sueltas a la calle.
– Uso de bozal en razas de manejo especial.
– Recoger excrementos de mascotas en espacios públicos.
– Identificar a animales de compañía con microchip o placa.
DATO:
Si usted conoce algún caso de maltrato animal, puede denunciarlo a través de la línea celular 122, o la línea nacional gratuita 018000 91 97 48.
DATO:
Según la Ley 1774 de 2016, se reconoce como maltrato animal no sólo provocar lesiones o muerte; sino infligir enfermedad, miedo, estrés, hambre, cautiverio o abandono. Las penas por incurrir en estos delitos pueden ir de 12 a 36 meses de prisión y multas de hasta 50 salarios mínimos legales vigentes.