Tras años de deterioro, vía del barrio Garzón quedó convertida en una trocha

 La vía solía ser parte del recorrido de las busetas, pero este cambió debido al pésimo estado de la calle. Foto: Hélmer Parra- El Nuevo Día/Q’Hubo. 

Entre la resignación y la indignación viven los habitantes de la calle 27 con carrera Cuarta D Sur, en el sector de Garzón, por el pésimo estado en el que está la vía desde hace al menos seis años. Esta calle, que antes era parte del recorrido de la ruta 23, ha pasado a ser una de las más olvidadas de la zona, y su deterioro sigue afectando la calidad de vida de los vecinos del lugar.

Siguen esperando

Según Óscar Cruz, habitante del sector, ya son más de seis años de espera, en los que ante el abandono de la vía, su vivienda se ha visto perjudicada, puesto que el funcionamiento de dos desagües cercanos a su casa se ha visto interrumpido al llenarse de arena, lo que le ha obligado a pagar los respectivos arreglos de su propio bolsillo. “Nosotros en el sector pagamos todos los impuestos, por eso le pedimos a la Administración Municipal que se acuerde de esta calle”, afirmó don Óscar.

De acuerdo con Cruz, se ha presentado la solicitud de arreglo ante el Ibal y la Secretaría de Infraestructura, pero siempre le dan respuestas como que no hay presupuesto, no hay personal disponible; o que ya se radicó la petición, pero nunca se presenta la solución al problema con la vía, incluso recordó que desde la administración de Luis H. Rodríguez, se les prometió el arreglo de la calle. 

Al parecer el origen del daño tiene que ver con problema en la red de alcantarillado. Foto: Hélmer Parra- El Nuevo Día/Q’Hubo. 

No hay temporada buena

Ni en verano, cuando las viviendas se llenan de polvo y suciedad, provenientes de la vía destapada; ni en invierno, cuando el agua de las lluvias amenaza con provocar inundaciones, se tiene tranquilidad en el sector por el mal estado de la calle. Según los habitantes del sector, la comunidad se alcanzó a ilusionar, pues durante la administración anterior el Ibal acudió al lugar para revisar los daños, rompiendo aún más la ya deteriorada vía.

Sin embargo, dicho arreglo nunca llegó, y ahora además del daño en el pavimento, quedaron las excavaciones de revisión de la tubería; y la vía totalmente destapada, cual si se tratara de un camino de herradura. Hasta el momento la pavimentación sigue pendiente, pues es necesario un cambio en una de las redes de alcantarillado. No sólo el paso de vehículos es imposible, sino que la circulación de transeúntes también se dificulta. 

Tanto la temporada de invierno, como la de verano provocan dificultades para quienes habitan las casas aledañas a la calle. Foto: Hélmer Parra- El Nuevo Día/Q’Hubo. 

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