Varios supervivientes de la masacre de El Salado, una de las matanzas más estremecedoras que vivió Colombia con un centenar de muertos en febrero de 2000, denunciaron que recibieron nuevas amenazas de muerte para que abandonen esta localidad de Bolívar.
La organización paramilitar de las Águilas Negras, vinculada al narcotráfico, envió un panfleto con las caras de varias personas, entre ellas líderes sociales, en el que aseguran que van a «limpiar la comunidad de esta plaga de gente» y las presionan para que abandonen la localidad.
«Esta amenaza no es solo contra los líderes sociales de El Salado que aparecemos en el panfleto sino contra todo el pueblo, ya que incluyen a personas que hacen parte de la comunidad pero que no son líderes sociales», dijo este martes a Efe por teléfono Luis Torres, uno de los amenazados.
El líder social detalló que «las primeras amenazas nos llegaron virtualmente el pasado 15 y 16 de enero pero ya el papel que está circulando donde muestran nuestras caras lo dejaron el domingo pasado».
Explicó que algunas personas por temor han manifestado que se quieren ir del pueblo, pero «nosotros no hemos permitido que el pueblo vuelva a desplazarse, no queremos que eso vuelva ocurrir y eso es lo que estamos previendo, por eso tenemos una solicitud y una protesta para que nos pongan seguridad por parte de las autoridades», aseguró Torres.
Un centenar de muertos
La de El Salado fue una de las matanzas más estremecedoras que han ocurrido en Colombia no sólo por los 100 muertos, sino por la crueldad con la que actuaron los cerca de 450 paramilitares divididos en tres grupos que irrumpieron en la zona el 16 de febrero de 2000 para matar a todo aquel que se cruzara en su camino y fuera sospechoso de tener vínculos con la guerrilla.
Muchos fueron degollados, otros murieron acuchillados, estrangulados, a golpes o a tiros después de pasar por un suplicio de tortura en el centro del pueblo o incluso dentro de sus propias casas, y varias mujeres fueron violadas, todo delante de familiares, amigos y vecinos.
Yirley Velasco, sobreviviente de la matanza, explicó hoy a periodistas que «El Salado ha sido una comunidad muy afectada por la violencia. Estamos cansados de tanta violencia y que se repita el tema de las amenazas de las ‘Águilas Negras’ es espantoso».
Aseveró que en los panfletos aparecen los nombres y las fotos de varios líderes sociales que, según los amenazados, «lo único que hacen es ayudar a la población necesitada».
«La comunidad tiene miedo por los panfletos, en las calles se siente el temor y están solas», dijo Velasco, quien recordó que a las amenazas se une el hecho de que la población no tiene fuentes de empleo y que en las últimas noches han quitado la luz eléctrica por la noche.
Condenas políticas
Ante la situación, la Defensoría del Pueblo dispuso la «presencia inmediata» en El Salado del vicedefensor, el delegado de Alertas Tempranas y del delegado de movilidad, quienes se suman al defensor regional para coordinar acciones que den garantías a la población.
«La situación de El Salado es muy urgente. Revictimización, nuevos hechos de violencia y recientes amenazas contra los líderes sociales. Protección para la comunidad en el territorio», escribió en redes sociales la congresista María José Pizarro, de la Lista Decentes.
Por su lado, la senadora Aída Avella, presidenta del partido Unión Patriótica, aseguró en su cuenta de Twitter que en «El Salado se requiere protección ya. Lo de hace 20 años, no se puede permitir. Amenazas tras amenaza de las ‘Águilas Negras'».