La Fiscalía imputará por homicidio a tres policías a los que acusa de estar involucrados en la muerte de cuatro personas en Bogotá durante las violentas protestas contra la brutalidad policial del pasado 9 de septiembre, en las que fallecieron 13 personas supuestamente por disparos de uniformados.
«De acuerdo con el material probatorio obtenido por personal del CTI (Cuerpo Técnico de Investigación) y fiscales de la Unidad de Vida de la Seccional Bogotá a los uniformados se les imputará el delito de homicidio», detalló la Fiscalía en un comunicado.
Las violentas protestas las desató la muerte de Javier Ordóñez, un hombre que fue sometido brutalmente por dos policías con el uso repetido de una pistola eléctrica táser durante su arresto en Bogotá en la madrugada del 9 de septiembre.
Entre el 9 y el 10 de septiembre, 72 Comandos de Acción Inmediata (CAI) de la Policía fueron blanco de acciones vandálicas y de estos 33 fueron incendiados, y además hubo centenares de lesionados entre civiles y miembros de la fuerza pública.
Las víctimas
La Fiscalía señaló que dos de las víctimas son un menor de 17 años y un joven de 23 que recibieron varios disparos en inmediaciones del CAI del barrio Verbenal, en el norte de la ciudad.
Los otros dos fallecidos son una mujer de 27 años y un hombre de 29, que fueron heridos con armas de fuego en los barrios Aures y Rincón, en el noroeste de Bogotá.
«Por disposición del Centro de Servicio Judiciales de Paloquemao, la audiencia se cumplirá el próximo 18 de enero», agregó la Fiscalía.
El caso de Javier Ordóñez
En octubre pasado, la Procuraduría (Ministerio Público) inhabilitó y suspendió por 20 años a los agentes de la Policía Camilo Lloreda y Harby Rodríguez por los delitos de abuso de autoridad y el asesinato de Ordóñez.
La Procuraduría estableció que el procedimiento policial en el que Ordóñez recibió múltiples descargas eléctricas no ocurrió en la forma como lo relataron los uniformados, pues los videos de las cámaras de seguridad del lugar demuestran que la intervención de los agentes no obedeció a un intento por disolver una riña, como ellos habían dicho.
El Ministerio Público concluyó que hubo un enfrentamiento físico donde el patrullero Lloreda utilizó el táser en repetidas oportunidades contra Ordóñez y que después de reducirlo, «esposarlo y dejarlo en un estado de indefensión absoluta, lo golpearon con patadas y puños dentro del CAI hasta cuando ya no se movía ni daba alguna muestra de vida».
La Fiscalía General confirmó el pasado 18 de septiembre la captura de los dos policías involucrados en la muerte de Ordóñez, a quienes dijo que les imputaría los delitos de tortura y homicidio agravado.