Villa María, o ‘el Planchón’, como popularmente se le conoce, es una urbanización de gente sencilla y trabajadora, que ha enfrentado el estigma de la inseguridad, principalmente por la cercanía a sectores azotados por la delincuencia. Así mismo, la comunidad es afectada por muchas problemáticas que aún están pendientes de resolver, y aún espera que los entes gubernamentales vuelquen su mirada hacia el lugar.
Ubicada sobre la calle 33C, con calle Tercera Sur, cerca a la ribera del río Combeima, Villa María es el hogar de cerca de mil personas, distribuidas en unas 200 familias que llegaron a poblar la nueva urbanización que se fundó a comienzos de los años 80 en lo que antes era una finca, cerca de la torre contigua al actual salón comunal. La primera manzana modelo fue la ‘C’, cuyas casas son idénticas en las fachadas. La Junta de Acción Comunal fue fundada en 1992.
Soluciones en espera
Según Abelardo Osorio, presidente de la JAC, hace más de 12 años la inseguridad y el mal estado de muchas de las vías de acceso se cuentan entre las grandes problemáticas que aquejan a la comunidad de este sector popular. “Son temas complicados y necesitamos la colaboración de la Administración municipal. Se han hecho solicitudes desde hace años, pero hasta el momento no ha sido posible que nos atiendan”.
Los habitantes de Villa María de manera constante apela a la solidaridad de los mismos residentes para obras en pro de los más necesitados. La unión de los vecinos, gente sencilla que día a día busca salir adelante por el camino de la honradez, es la gran fortaleza de estas personas que luchan para hacerle frente a las dificultades.
Gente servicial
Aidee Lugo es residente del sector hace 30 años. Ella cuenta que a pesar de todas las problemáticas de Villa María hay que resaltar la calidad de sus habitantes. “La gente es muy unida. Hay personas muy agradables y dadas al servicio de la comunidad. Gracias a eso, este es un sector muy acogedor”, expresa doña Aidee. También destaca que los vecinos de la urbanización son personas humildes y trabajadoras.
Según Lugo, los habitantes del sector han sido olvidados por las Administraciones. “Eso sería un tema de nunca acabar, porque tenemos muchas necesidades”, expresa. La coyuntura de la pandemia afectó la vida de los residentes, no solo a nivel económico, también en materia de movilidad, actividad social y recreativa, especialmente a los adultos mayores. Así mismo, niños y adolescentes requieren de actividades para el aprovechamiento del tiempo.
Malla vial
Según lo informado por el presidente de la JAC, alrededor del 80% de las vías de Villa María están en mal estado. Problemas con la red de alcantarillado y huecos por deterioro de la capa asfáltica, dificultan la movilidad en el sector. Urgen reparaciones de las calzadas del ‘planchón’ para mejorar la circulación de vehículos y el desplazamiento de los habitantes.
- Seguridad
Dada su ubicación de corredor para sectores vecinos, la inseguridad es uno de los flagelos que se viven en Villa María. Se han registrado hurtos a mano armada y asaltos a taxistas. En ocasiones, auxiliares de la Policía visitan el barrio, pero se necesita una mayor presencia de uniformados. El CAI más cercano es el de Las Ferias.
- Actividad cultural
El salón comunal es un centro de actividad importante. Bienestar Familiar trabaja con madres líderes en este espacio. En fechas como día de los niños y navidad, se llevan a cabo celebraciones para los menores. La única cancha improvisada que se tiene, está en zona de riesgo. Se necesitan espacios físicos idóneos para la actividad social y recreativa, especialmente de niños, jóvenes y adultos mayores.
- Conexión/movilidad
Las rutas de buses más cercanas a Villa María son las que llegan al sector de Las Brisas. Debido al mal estado de las vías, especialmente del ‘Planchón’, la movilidad es difícil. Al sector es posible acceder por medio de servicio de taxi, pero es necesaria una adecuación de las calzadas, para que la circulación de vehículos y de personas sea óptima.
- Servicios públicos
El sector de Villa María cuenta con buena cobertura de servicios en general. El acueducto de la urbanización es del Ibal, no hay mayor queja sobre el alumbrado público; y según lo expresado por el presidente de la JAC, también se presenta buena cobertura de internet. Este parece ser un factor en el que no se presentan inquietudes.
- Alcantarillado
La red de desagüe de casi toda la urbanización ya está obsoleta, pues completa cerca de 40 años y ya cumplió su ciclo. La situación más crítica se vive en la manzana ‘A’, donde la necesidad de cambio de las tuberías es urgente. Constantes inundaciones y colmataciones del alcantarillado han hecho que deba acudir personal del Ibal a atender las emergencias.
- Actividad económica
La pandemia afectó mucho a los residentes de Villa María, debido a que son comerciantes independientes. Actividades como ventas en plazas de mercado y comercio ambulante hacen parte de los modos de sustento de los habitantes del sector. Por eso, las restricciones perjudicaron por un tiempo a estos trabajadores informales.
- Convivencia
Aunque Villa María es una urbanización pequeña, sus habitantes son unidos y colaboradores. Actividades de bien común, como recaudar fondos en pro de causas comunes suelen convocarlos. Además, los residentes del sector están empeñados en demostrar que son gente honrada, trabajadora, que le hace frente a las dificultades y tratan de salir adelante.
DATO: La comunidad de Villa María se ha dado a la tarea de realizar actividades como adecuación de las vías y gestión de entregas de mercados en época de pandemia y de regalos para los niños de la comunidad en diciembre.
