Lo que se temía llegó: la ocupación de camas de Unidad de Cuidado Intensivo (UCI) en el país aumentó y enciende las alarmas de cara a las últimas dos semanas del año.
El panorama está así, según el Ministerio de Salud: el 59,03 % de las camas UCI están ocupadas, es decir, de las 11.297 camas reales que hay, 6668 están con pacientes.
De esas, 2486 están con personas con coronavirus confirmado, 902 con sospecha del virus y 3292 tienen otro tipo de patologías. Solo hay 4639 disponibles.
El panorama, a simple vista, plantea preocupaciones, especialmente por la emergencia derivada del coronavirus y de lo que representa la temporada navideña, que tradicionalmente implica reuniones familiares o con amigos.
Primeros pasos
La advertencia no es dramática, pues, por ejemplo, el lunes el Ministerio de Salud y el Ministerio del Interior anunciaron restricciones a la venta de licor, ante el aumento de contagios este mes y bajo el argumento de un “riesgo de indisciplina social” se determinó que en las zonas en las que hay una disponibilidad de UCI menor al 30 % se limitará el consumo de licor en bares y restaurantes hasta las 10:00 de la noche, inicialmente hasta el 21 de diciembre.
En ese orden de ideas, las regiones en las que inicialmente se aplicará la restricción aparecen Norte de Santander, Valle del Cauca, Antioquia, Quindío y Bogotá.
Además, en Cúcuta (Norte de Santander), donde solo hay una disponibilidad del 7 %, según los datos de ayer al mediodía, también se implementarán otras medidas, como toques de queda nocturnos y el regreso del pico y cédula para todas las actividades, de manera que se pueda reducir la movilidad de las personas en un 50 % hasta el próximo domingo, 20 de diciembre.
“La forma en que nosotros nos comportemos estos meses de diciembre durante las festividades será determinante para que podamos seguir por la senda que ha venido Colombia, de tener control de la epidemia con apertura, con la posibilidad de trabajo y de toda una vida social y comunitaria en la calle, con la posibilidad de interactuar entre nosotros”, manifestó el ministro de Salud, Fernando Ruiz Gómez en el programa Prevención y Acción del pasado lunes.
Así lo perciben
Frente a lo que está pasando, el estudiante del doctorado de Epidemiología de la Universidad de Antioquia, Carlos Reina Bolaños, pone de referencia que, por ejemplo, este lunes el país confirmó 8742 contagios nuevos, mientras que hace un mes, el 15 de noviembre, el reporte fue menor, con 7742 casos.
Incluso ha habido días por debajo de los seis mil contagios confirmados, como el 17 de noviembre, cuando se reportaron 5911. Para el especialista, este aumento de contagios y ocupación de UCI representan un grave riesgo para la salud de la población por la ya conocida saturación de los servicios de salud y atención inadecuada de los casos graves que requieren de servicios de alta complejidad”.
Asimismo, plantea que, en este escenario, se deben tener en cuenta medidas que, aunque drásticas, resultan claves a la hora de evitar un colapso, como “la cancelación de las fiestas de Navidad, al menos como las conocemos. Es un hecho que cada vez se hace más visible, en estas fiestas navideñas los eventos a los que estábamos acostumbrados como lo son fiestas y conciertos serán reemplazados por reuniones más íntimas, más cercanas con nuestros seres queridos”.
Adicional a esto, dice Reina Bolaños, se deben reforzar los controles ante posibles aglomeraciones y demás medidas para frenar la velocidad de propagación del virus que pueden afectar la economía en una época que muchos esperaron como la oportunidad de recuperar lo perdido en meses anteriores.
“En algunos casos el autoaislamiento será la mejor opción para proteger nuestras familias y amigos, sospechar o conocer el contacto con un caso positivo o presentar síntomas respiratorios es un hecho que no se debe dejar pasar de largo”, agrega Reina Bolaños.
Por su parte, Carlos Agudelo, epidemiólogo e infectólogo de la Clínica Bolivariana y del San Vicente Fundación de Rionegro, no considera que los cierres o cuarentenas así sea sectoriales sean efectivas, ya que pueden verse como un castigo en el que “pagan justos por pecadores”.
Por ello, dice Agudelo, lo que se requiere hoy es que se refuercen las campañas de prevención y que los líderes de la sociedad den ejemplo en sus conductas. “Deberíamos tener en cuenta multas o cierre de establecimientos para quienes no cumplan con esas medidas de bioseguridad, pero no cierres”, agrega Agudelo.
#LaMejorRecetaParaEstaNavidad es evitar lugares en donde el riesgo de contagio sea muy alto, como las reuniones sociales, especialmente si en nuestro núcleo familiar hay personas mayores o con comorbilidades. #SiNosCuidamosAvanzamos pic.twitter.com/TyT78SxqKk
— MinSaludCol (@MinSaludCol) December 15, 2020
Mirada clínica
La médica intensivista de la Clínica Universitaria Bolivariana, Stella Navarro, sostiene que hay muchas cosas que se deben tener en cuenta en este momento y lo primero pasa por comprender el riesgo.
“Todo el mundo tiene conocimiento, así sea de buena o mala calidad, sobre el covid y los riesgos y cada uno toma las decisiones individuales que considere”, dice la analista.
Además, destaca que dichas decisiones se pueden tomar comprendiendo que hay un menor o mayor riesgo, pero “lo que se debe tener claro es que no hay garantía de nada” con el coronavirus.
Navarro expresa que el problema no es la muerte, que en sí es una tragedia, sino que muchos no han comprendido las secuelas que puede dejar el virus o el “hecho de pasar dos meses en una UCI intentando recuperarse”
Llama la atención frente a esto que hay una costumbre de ver solo hacia el círculo cercano, pero se olvida que el virus se puede transmitir a terceros. “Imagínese si me veo con una persona que trabaja en un asilo, le transmito el virus y luego esa persona se va a trabajar”, pone de ejemplo la especialista, para darle una dimensión a lo que, en ocasiones, se puede ignorar.
Otra mirada está en que la temporada no solo trae contracción al sistema de salud por el coronavirus, sino que tradicionalmente aumentan los accidentes de tránsito o las intoxicaciones, lo que, como está el panorama, podría generar una saturación de los servicios. “Si el sistema se satura no habrá camas disponibles para la atención”, concluye Navarro.
Hoy, con un mundo en pandemia, con aumento de casos y de ocupación de UCI, los consultados coinciden en que la seguridad es el mejor regalo que en una época como esta se puede ofrecer y ello viene con aislamientos voluntarios o evitar las reuniones en casa.