A partir de 2021, empezará a regir en Colombia la resolución 1407 de 2018, una norma que busca regular la gestión ambiental de las empresas y que establece acciones concretas para que estas se comprometan a recoger los empaques y envases de papel, cartón, plástico, vidrio y metal que sacan al mercado, a excepción de los envases del sector farmacéutico utilizados para medicamentos peligrosos.
La norma es clave teniendo en cuenta que, según los datos del Informe de Disposición Final de Residuos, en 2019 el país generó 12 millones de residuos sólidos, de los que solo recicló en promedio el 16,5%.
La resolución establece que las empresas se comprometen a recoger el 10% de los envases que sacan al mercado a través de la reutilización, reciclaje o reprocesamiento de los mismos para usarlos de nuevo en el ciclo económico. La meta de recolección crecerá entre 2% y 3% hasta llegar en 2030 a una meta de recolección de empaques del 30%.
La norma también establece que las empresas tendrán que invertir en investigación y en sensibilización ciudadana en torno al manejo de residuos y empaques.
Para esto, las empresas tendrán que presentar además un plan de gestión ambiental ante la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (Anla) que especifique el plan de recolección, los mecanismos de transporte, selección y aprovechamiento de estos residuos sólidos. Según la norma, las empresas colombianas tendrán hasta el 31 de diciembre de 2020 para presentar dicho plan.
¿Qué debe contener y cumplir el plan? Según Atica, empresa de gestión integral de residuos sólidos, las empresas deben cumplir una serie de pasos. En primer lugar, encontrar un operador óptimo para apoyar el manejo de los residuos.
Como segunda medida, deben otorgar los datos de identificación de los distintos actores que conformarán el plan de gestión ambiental. Además, las empresas deben tener claro las tiendas, compañías o grandes superficies en donde se harán los procesos de recolección, almacenamiento y aprovechamiento de los empaques y envases recogidos.
Las empresas también deben disponer de los permisos y las autorizaciones ambientales, las cifras de materiales que distribuyen al mercado, sus metas de cumplimiento y descripciones de su inversión en desarrollo y en investigación.
Por último, cada productor que recoja la meta del 10% de sus residuos debe certificar su logro y presentar sus informes de avances ante las autoridades correspondientes. Según Diego Guzmán, CEO de Atica, “esta regulación generará mayor sentido de pertenencia con el medio ambiente y sensibilización para las próximas generaciones por medio de mecanismos de comunicación para un consumo sostenible. Además, los hará más competitivos y productivos”.