Algunos hospitales franceses están comenzando a notar en los últimos días una estabilización del número de pacientes de coronavirus a consecuencia del confinamiento establecido en Francia el pasado 29 de octubre.
«Desde el fin de semana estamos dando la misma cantidad de altas que de ingresos por la covid», explicó el director de una clínica en Stains, en el distrito de Sena-San Denis, Gorka Noir, en unas declaraciones a EFE, en las que indicó que otros centros del grupo privado al que pertenece su establecimiento también aprecian una mejoría.
El primer ministro francés, Jean Castex, explicará la situación de la pandemia en una conferencia de prensa el próximo jueves, en la que se espera que avance algún resultado preliminar de la aplicación de este segundo confinamiento, menos estricto que el de la pasada primavera.
Hasta ayer, Francia había registrado 1,8 millones de contagios y 40.987 fallecimientos por la pandemia.
La clínica que dirige Noir tiene 75 camas de las 180 de capacidad ocupadas con pacientes de la covid, de las cuales 5 están en cuidados intensivos.
«Ahora estamos al 40 por ciento, una ocupación que no tiene nada que ver con la de la primavera cuando llegamos casi al 80 % de nuestra capacidad», concretó Noir, que detalló que la edad media de los pacientes ha bajado de los 67 a 62 años respecto a abril.
De momento, han tenido que desprogramar entre el 25 y el 30 % de las operaciones no urgentes y el 40 % de otros servicios que presta la clínica, a excepción de los bloques de maternidad, las sesiones de diálisis y de quimioterapia.
Este centro, uno de los 120 que el grupo ELSAN tiene por todo el país, se encuentra en la ciudad de Stains, un suburbio de París que registra una de las tasas de pobreza más altas de Francia.
Los pacientes que atienden suelen vivir en condiciones muy precarias, en su mayoría personas de origen africano y magrebí que llevan una vida muy comunitaria, costumbre que multiplica los contagios.
Una de las grandes diferencias con la primera ola, explicó Noir, es el conocimiento que se tiene del virus. «Antes, las urgencias colapsaban por la gran afluencia, y ahora, si la persona no se ahoga, se toma un paracetamol y se queda aislada en casa».
Según su director, esta clínica fue el centro privado de su tipo que más pacientes atendió durante la primera ola, superando los 2.000 y con 40 personas en intensivos en el peor momento. «De hecho, en el mes de marzo no teníamos UCI y tuvimos que habilitar una sala» recordó.
Noir remarcó que, a diferencia de la primavera, la colaboración entre los distintos centros hospitalarios es mucho más elevada, lo que permite transferencias de pacientes y de material si es necesario.