Primoz Roglic recuperó la roja en la Vuelta

El ciclista esloveno del Jumbo Primoz Roglic durante la decimotercera etapa de la Vuelta Ciclista a España, una contrarreloj de 33,7 kilómetros entre Muros y el Mirador de Ézaro. EFE/Kiko Huesca

El esloveno Primoz Roglic (Jumbo-Visma), ganador en la crono con final el Mirador de Ézaro y nuevo líder de la Vuelta a España 2020, cree que «es mejor estar 39 segundos por delante que por detrás» de cara al final de la carrera.

«Ha sido muy bonito ganar porque llevaba tiempo sin ganar una contrarreloj. Me he sentido fuerte y he tenido buenas sensaciones», dijo el europeo.

«Me ha salido una crono perfecta y estoy casi sorprendido de lo fuerte que he ido porque pensé que sufriría mucho más», añadió.

Sobre las diferencias de cara a las cinco etapas que quedan para el final de la carrera, fue claro: «Mejor estar 39 segundos por delante», que es lo que lleva al segundo clasificado, el ecuatoriano Richard Carapaz, al que arrebató el maillot rojo, «que por detrás».

En ese sentido, avanzó que toda esta semana estará «muy concentrado» en lo que tiene que hacer y que además para ayudarle tiene «un equipo muy fuerte».

Tras el final de la etapa, el director deportivo de Roglic, Frans Maassen, explicó que «Primoz quería quedarse con algo al final de la contrarreloj para la subida final», que fue donde marcó las mayores diferencias, y por eso «en la subida ascendió realmente bien».

«Esperábamos poder coger tiempo en la clasificación y lo hemos hecho, pero la Vuelta ciertamente aún no está decidida. Estamos contentos de que Primoz esté en buena forma y lo que sí podemos adelantar es que lo dará todo para llevar la camiseta roja hasta Madrid», aseguró Maassen

La etapa de hoy

Lejos de poder tomarse un respiro, los supervivientes de la Vuelta a España afrontarán hoy un recorrido típico rompepiernas de las carreteras gallegas, adecuado para las emboscadas, si hay algún equipo que esté por la labor de no dar respiro o para que la escapada del día pueda tener opciones de llegar con final exigente.

A todo ello se unirá que es la segunda etapa más larga de esta edición de diamantes, con más de 200 kilómetros, y un puerto de 3ª, suave con casi 8 kilómetros de ascensión que puede terminar de romper el pelotón.

Con la rampa final habrá que estar atentos porque la etapa no tiene catalogación de llegada en esprint masivo, por lo que los jueces podrán marcar diferencias en los huecos entre ciclistas que superen el segundo de diferencia. Lo acontecido en Suances, con cambios de criterio de última hora, no podrá repetirse.

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