Este fin de semana, Jefferson José Zambrano Pérez y Gabriela Katerine Pernalete Salas, una pareja de esposos venezolanos que llevan dos años radicados en Ibagué, vivieron una experiencia que jamás imaginaron.
A la 1:50 de la tarde del domingo, el hijo de ambos, Jessias Gael Zambrano Bernalete, llegó al mundo, pero no en el Hospital San Francisco, como lo tenían planeado, sino en la sala de su lugar de residencia ubicado en el barrio Calarcá de Ibagué.
En diálogo con Q’HUBO, Jefferson, un barbero de 29 años de edad, recordó que su esposa presentó contracciones a la madrugada, por lo que a las 5 de la mañana llegaron al Hospital San Francisco de Ibagué.
No obstante, según el testimonio del joven, los médicos de turno revisaron a Gabriela, les dijeron que apenas tenía dos centímetros de dilatación y recomendaron que regresaran a casa y volvieran después.
Para la casa
Así lo hicieron y sobre el mediodía volvieron al Hospital, pues las contracciones eran más frecuentes. Sin embargo, “nos dijeron que apenas tenía cuatro centímetros de dilatación, que volviéramos a la casa, que caminara. Llegamos a la casa a la 1 de la tarde, pero a la 1:30 rompió la fuente en la puerta de la casa”, dijo Jefferson.
Ambos empezaron a gritar y a pedir ayuda. Por fortuna, en el tercer piso de esa misma casa vive una auxiliar de enfermería, Melisa Martínez. Ella ingresó a la vivienda y acostó a la madre en el sofá. “Salimos a buscar un taxi, pero como en el momento ninguno pasó, nos tocó afrontar la situación. La enfermera estaba nerviosa y yo en shock”, añadió Jefferson.
De padre a médico
Con temor, pero con todo el amor del mundo, el hombre siguió las instrucciones de la enfermera y le apretó el vientre a su mujer para ayudar a que el bebé llegara al mundo.
Mientras tanto, Melisa ayudó al alumbramiento y retiró el cordón umbilical del cuello del niño porque se había enredado.
Minutos después llegó una ambulancia de la Atención Prehospitalaria de la IPS Más Salud. La médica Karen Quintero cortó el cordón umbilical y ayudó a expulsar la placenta. De inmediato Gabriela y el bebé fueron trasladados al Hospital San Francisco, donde permaneció en observación hasta las 2 de la tarde de ayer.
“Gracias a Dios todo salió muy bien. Los médicos del Hospital revisaron al bebé. El parto ya había sido atendido”, puntualizó el feliz padre.