A 11 días de las elecciones presidenciales en Estados Unidos y después del último debate, el presidente Donald Trump sigue su carrera desenfrenada por recuperar terreno frente a Joe Biden con dos mítines en el estado clave de Florida este viernes.
El duelo el jueves entre ambos candidatos en Nashville, Tennessee, fue mucho más fluido y constructivo que el primer encuentro, marcado por las interrupciones y los insultos.
Antes de partir hacia Florida, Trump anunció un nuevo logro diplomático con la normalización de las relaciones entre Sudán y Israel.
«¿Creen que Joe el dormido podría haber logrado este acuerdo?», planteó desde la Casa Blanca en conferencia telefónica con el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu.
En este ciclo electoral inusual, ya han votado anticipadamente más de 50 millones de personas debido a los temores de la pandemia. Esto representa más del total del voto anticipado en 2016 y este proceso todavía no ha comenzado en estados muy poblados como Nueva York.
El mismo Trump votará anticipadamente el sábado en Florida y su vicepresidente Mike Pence ya lo hizo en Indianapolis.
«Responsable de tantas muertes»
Pese a estar rezagado en las encuestas, Trump sigue tenaz en su expectativa de llevarse los 29 votos electorales que tiene Florida, un estado clave si quiere llegar a la Casa Blanca.
Esta es la tercera vez en tres semanas que Trump -que está perdiendo fuelle entre los adultos mayores- se desplaza a este estado del sur, conocido por tener la más alta proporción de jubilados del país, con más de 20%.
Además de un mitin en Pensacola, Trump va a cortejar a los jubilados en The Villages, una comunidad de 100.000 habitantes donde viven pensionados y que es uno de los bastiones sólidos del presidente.
Sin embargo, este remanso de la tercera edad fue escenario de fuertes tensiones entre partidarios y detractores del mandatario republicano. Pese a que los adultos mayores suelen inclinarse hacia el Partido Republicano, también son la población más vulnerable al coronavirus, que ha dejado más de 223.000 muertos en Estados Unidos, el país del mundo con más fallecidos.
Y el fin de semana, Trump seguirá con su maratón, con desplazamientos hacia Carolina del Norte, Ohio y Wisconsin el sábado y con New Hampshire en la agenda del domingo.
En tanto Biden anunció desde su residencia en Wilmington, Delaware, su plan para «vencer al covid-19» y enderezar la economía, muy golpeada por la pandemia. Como parte de su estrategia, el candidato demócrata planea entregar la vacuna contra covid-19 -que todavía está en pruebas- de forma gratuita, una promesa a la cual también ha adherido Trump.
Estos dos temas fueron centrales en el debate del jueves por la noche, el último duelo antes de las elecciones, que cierra una campaña anómala en la que uno de los encuentros tuvo que ser suspendido luego de que el mandatario -que se había contagiado de covid-19- se negara a celebrarlo online.
«Cualquiera que sea responsable de tantas muertes no debería seguir siendo presidente de Estados Unidos», lanzó Biden a Trump advirtiendo que el país se enfrenta a un invierno «oscuro».
El mandatario acusó a su rival de querer «cerrar el país».
«No nos podemos encerrar en un sótano como lo hizo Joe», dijo en relación a la sobria campaña de su rival.
Un debate más fluido
Biden tomó riesgos y anunció en el debate que iniciaría una transición energética para alejarse progresivamente de la industria petrolera, una declaración que regocijó a Trump, que de inmediato sacó cálculos electorales y pidió a los votantes de Pensilvania, Oklahoma y Ohio que no olvidaran esa afirmación.
Los intercambios fueron mucho más fluidos que en el debate del 29 de septiembre, en el que el candidato demócrata de 77 años se refirió al presidente de 74 de «mentiroso», «racista» y «payaso».
Trump le respondió duramente:»No hay nada inteligente en ti».
Esta vez, los organizadores cortaron el micrófono del candidato que no tuviera la palabra durante la presentación inicial.
El mandatario republicano se ajustó al guion que había anunciado y afirmó que Biden le debía una explicación a la opinión pública por las acusaciones de corrupción e irregularidades en los negocios de su hijo Hunter cuando él era vicepresidente de Barack Obama (2009-2017).
Biden contraatacó y acusó a Trump de no haber publicado ninguna declaración fiscal y le preguntó: «¿Qué está escondiendo?».