Tokio ha instalado en un parque unos baños públicos limpios, espaciosos y completamente transparentes. Pero, afortunadamente, las paredes se vuelven opacas en cuanto se cierra la puerta.
Cuando no se usan, los tres bloques de inodoros son traslúcidos, con vidrios rosas para las mujeres, violetas para los hombres y amarillos para los baños accesibles para todos, también equipados para cambiar a los bebés. Las paredes se mantienen transparentes gracias a una corriente eléctrica.
Cerrar la puerta corta la corriente y se vuelven opacas, protegiendo así la intimidad de los usuarios, incluso en caso de avería eléctrica.
Estos baños experimentales fueron encargados por la Nippon Foundation, una organización no gubernamental japonesa, con el objetivo de reinventar los lugares públicos de la capital.
Estas unidades transparentes, situadas en un parque del moderno barrio de Shibuya, en Tokio, son obra del famoso arquitecto japonés Shigeru Ban, que quería resolver dos problemas recurrentes de los baños públicos.
Hacer que los baños sean transparentes tranquiliza a la gente sobre su limpieza, «pero también en términos de seguridad, porque se puede comprobar que no hay nadie escondido en el interior», explica Kana Saji, portavoz de la Nippon Foundation. «Por eso se aceptó el proyecto».
Los habitantes del barrio parecen apreciar la iniciativa. «Los baños públicos suelen ser oscuros y sucios, así que el aspecto limpio de éste me parece muy agradable», declara Rie Maeda, una mujer de 41 años.
Un total de 16 arquitectos trabajan en inodoros innovadores que se instalarán en todo el distrito de Shibuya de aquí al verano de 2021, entre ellos algunos de renombre como Tadao Ando y Kengo Kuma.