IBAGUÉ. La intensa lluvia no fue impedimento para que familiares y amigos de Luis Fernando Zapata, le cumplieran ayer la última voluntad al comerciante y apasionado a los caballos, de llevarlo en un coche de tracción animal hasta su última morada en el Cementerio San Bonifacio de la capital tolimense.
Zapata falleció el sábado en la noche cerca al sector conocido como ‘La Vara’ de El Salado, luego de que participara en una cabalgata organizada por un movimiento político de la ciudad. Tanto el caballista como el equino en el que se movilizaba fueron arrollados, al parecer, por un vehículo de una empresa de transporte intermunicipal.
Su cuñada, Amparo Rodríguez, indicó que tras la jornada caballística, el difunto había decidido ir a visitar a una hermana que reside en el sector:
“Se fue bastante tomado para allá, y ahí ocurrió el accidente. Dicen que fue una ‘Gacela’ la que lo atropelló. A él le fascinaban los caballos”, precisó Rodríguez.
Las honras fúnebres se realizaron en la Iglesia del barrio Ricaurte, donde fue acompañado por una multitud, en su mayoría, integrada por cocheros del sur de la capital tolimense, donde residía.
“Murió en su ley”
Maryel Olaya, hijastra del difunto cochero, indicó que Zapata tenía 36 años de edad, y desde hacía 20 años convivía con Aracely Saavedra: “Como persona era muy sociable, extrovertido, alegre, y humanitario. Ayudaba en lo que más pudiera”, precisó.
“Él murió en su ley. Decía: “Cuando me muera, que sea borracho en un caballo”. Muchas veces tuvo accidentes así, pero su vida, su pasión, fueron los caballos. Todos los años las fiestas para él eran lo mejor; es más, ya tenía caballo comprado para junio”, puntualizó la hijastra de Zapata.