Investigación busca tratamiento para pacientes con afecciones en córnea

Foto: Colprensa.

 Según las cifras de la Red de Donación de Trasplantes, en el año 2018 había en Colombia 1299 personas activas y 1092 inactivas en la lista de donantes esperando un tejido corneal.

Con la investigación que adelantan el Banco Distrital de Tejidos y la Unidad de Terapias Avanzadas del Instituto Distrital de Ciencia, Biotecnología e Innovación en Salud (IDCBIS), miles de personas a la espera de un trasplante de córnea dejarían de aguardar por un donante cadavérico para recuperar su visión.

Los investigadores se encuentran en la fase inicial de un proyecto que permitiría regenerar el epitelio corneal, es decir, la capa externa de la córnea, gracias a las células limbares.

Este potencial tratamiento ayudaría a las personas que sufrieron quemaduras térmicas o químicas o con daños por el síndrome de Steven-Johnson.

Ingrid Silva, Investigadora de la Unidad de Terapias Avanzadas del IDCBIS le explicó a COLPRENSA que la investigación se encuentra en fase inicial y consiste en tomar pequeñas porciones del limbo para hacer un cultivo y expandir las células a una placa para luego poderlas usar en los pacientes.

Para el proyecto, el IDCBIS obtiene las córneas del banco de tejidos que no fueron autorizadas para un receptor debido a criterios técnicos.

“Lo que hacemos con ellas es justo en el limbo tomar pequeñas porciones de ese tejido de alrededor de 2 milímetros y hacer un cultivo por explante, es decir, que esos fragmentos de tejido se ponen sobre una placa de cultivo y ahí les colocamos un medio con nutrientes para que las células limbares migren”, explicó Silva.

Hasta el momento, la investigación avanza bien, pues se ha logrado aislar las células, caracterizarlas y expandirlas para que a largo plazo puedan ser colocadas en pacientes que necesitan un tratamiento para la recuperación de su córnea.

“Una de las ventajas que tendría es que ya las personas no tendrían que estar en una lista de espera por una córnea de origen cadavérico, sino que ya se le podrían implantar estas células para que estas regeneren la córnea, devuelvan la cristalinidad y la persona pueda volver a ver”, explicó Silva.

Sin embargo, debido a la pandemia el proyecto se encuentra en pausa, pues el coronavirus ha dificultado el acceso a donantes para poder continuar con la extracción y el cultivo de estas células.

“Como se ha restringido mucho la donación por los cadáveres, hemos tenido un receso en la investigación porque no tenemos donantes en este momento”, alertó la investigadora.

¿Qué sigue en la investigación? Cuando se pueda retomar la fase preliminar y se tenga acceso a más donantes cadavéricos para el cultivo de tejidos vendrá la fase de laboratorios.

Silva afirmó que tras esta fase “viene una fase preclínica, que son los ensayos en animales, y luego ya la fase clínica, que es cuando se va a paciente”. Pero aún falta tiempo para adelantar cada una de las fases, para comprobar que el tratamiento sea efectivo y para que el Invima apruebe este ensayo como una terapia celular.

Según Silva, la fase de laboratorios podría tomar al menos 2 años más, pues “a parte de caracterizar las células, tenemos que cultivarlas sobre unos soportes para poder transportarlas y en esos mismos soportes implantarlas en los pacientes”, afirmó.

Posteriormente, la fase en animales tomaría otros 2 años y el ensayo clínico, donde se prueba la efectividad en los pacientes, entre 2 a 4 años más. Por lo que, según Silva, si los resultados son óptimos, este podría ser un tratamiento para pacientes con afectaciones en la córnea dentro de los próximos 5 a 8 años.

Aunque el desarrollo aún es preliminar, ha dado resultados prometedores y esperanzadores en el camino para encontrar nuevos tratamientos para personas con afectaciones a la córnea, evitando así que deban pasar un largo tiempo a la espera de donantes cadavéricos.

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