Adelantó su hora final

 

IBAGUÉ. Con un revólver en la mano derecha y arropado con una cobija en su cama, así apareció ayer Raúl Muñoz Duarte, luego de propinarse un disparo en la cabeza.

Ocurrió a las 11:10 de la mañana cuando Henry Rubio estaba sentado con algunos de sus parientes en el comedor, tomándose un café con leche: “Escuchamos como si le hubieran pegado con una piedra al vidrio, y luego el golpe en la puerta”, manifestó.

El golpe que escucharon en la puerta de la casa 11 de la manzana U, al parecer era la bala que salió por una ventana donde está el cuarto de Muñoz Duarte.

Al salir de la vivienda Rubio encontró pequeños fragmentos de sangre, y al mirar la ventana de la residencia de la manzana T casa uno del barrio Tulio Varón, esta se encontraba rota, por donde miraron para saber qué había pasado pero infortunadamente el vecino estaba muerto.

Según algunas de las personas que viven cerca al sitio del hecho, los familiares del occiso tuvieron que romper el vidrio de la puerta principal para poder ingresar, porque estaba asegurada con pasador.

La primera hipótesis que manejan las autoridades del porqué Muñoz acabó con su vida, sería el diagnóstico de una enfermedad al parecer, cáncer.

La Policía Judicial, Sijín, llegó al sitio a las 12:19 del mediodía a realizar el procedimiento de la inspección técnica al cadáver, en lo que se demoraron cerca de tres horas.

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