Diferentes estudios siguen descartando la posibilidad de contagios del Covid-19 a través de mosquitos, esto incluso si estos se alimentan de la sangre de una persona contagiada y con presencia del virus.
El más reciente estudio fue publicado por la revista Scientific Reports, en el que se explica que incluso, “bajo extremas circunstancias”, el Covid-19 es incapaz de replicarse en los mosquitos, por lo que se descartaría su propagación.
Durante el estudio se sometió a tres especies de mosquitos que más capacidad tienen de infección a las personas alrededor del mundo: Aedes aegypti, Ae. Albopictus y el Culex quinquefasciatus, a la técnica de inoculación intratorácica de estos vectores con el virus SARS-CoV-2 que produce el Covid-19.
Allí se demostró que pasadas 24 horas del procedimiento, no había rastro del virus en las glándulas salivares, ni evidencia de actividad viral en intestinos de los 277 mosquitos inoculados, posteriormente recolectados y titulados, lo que sugiere una rápida pérdida de infectividad y la falta de replicación.
El médico pediatra e infectólogo de la Subdirección de Enfermedades Transmisibles del Ministerio de Salud, José Alejandro Mojica, resaltó que “la falta de replicación viral, impediría la posibilidad de transmisión biológica a un nuevo huésped y ratifica lo que la OMS afirma”.
La Organización Mundial de la Salud ha venido insistiendo que no ha habido evidencia de transmisión del Covid-19 por antrópodos que succionan sangre como los mosquitos.
«Además, describe la investigación, que al cabo de dos horas recuperaron los agentes infecciosos de 13/15 mosquitos y dos de ellos ya no tenían el virus, y con una gran posibilidad de haber perdido la inefectividad en el período de retención», agregó el doctor Mojica.
La única excepción en la recolección de los virus de un total de 48 mosquitos analizados, fue la de encontrar virus infecciosos recogidos a las 24 horas luego de la inoculación, solo en uno de ellos, de la familia Ae Albopictus, que contenía la misma carga viral correspondiente a la inoculada en un principio, según contempla el estudio.
Según el estudio se concluye que, aunque los mosquitos eventualmente se alimenten de la sangre de una persona infectada con el virus, «tienen una posibilidad muy reducida» en contribuir al mantenimiento viral y transmisión en la naturaleza.