Una completa pesadilla vivió Lucely Camacho Rodríguez cuando el padre de su hija y expareja la hirió con un arma blanca varias veces. Lo peor fue ver a su pequeño también ensangrentado y herido por el hombre que un día le había dicho que la amaba. El brutal ataque ocurrió el pasado fin de semana en el barrio Jardín Comuneros.
Lucely está hospitalizada en el hospital Federico Lleras Acosta bajo observación médica. Ella está en un piso y su niño de siete años de edad, en otro. Las autoridades de manera constante le hacen acompañamiento y en la institución médica le han brindado toda la atención, incluyendo la de trabajadores sociales. Asimismo, la Red de Mujeres del Tolima, que conoció el caso, ha estado al tanto de la señora y su hijo.
“Siento temor por mi vida y la de mis hijos, no saben el desespero y la zozobra de saber que en cualquier momento ese sujeto vuelva aparecer para terminar lo que empezó”, dijo con angustia Camacho.
El individuo al que se refiere Lucely es su expareja sentimental, Edwin Fabián Pineda Rodríguez, quien se entregó de manera voluntaria en el CAI del Éxito, pero recobró su libertad porque no hubo flagrancia.
La relación entre víctima y victimario duró tres años y medio, sin embargo, desde el 30 de abril había terminado. “Él ya tenía una orden de alejamiento. Después de hacer la conciliación en la Comisaría para el tema de alimentación y visitas de nuestra hija, la orden de la Juez es que yo tenía que vigilar las visitas, solo podía estar frente a mi casa con nuestra hija”, dijo.
Y fue justo ese derecho otorgado por la justicia el que aprovechó el violento hombre, que se ganó la confianza de su exsuegra para ingresar a la vivienda y apuñalar sin piedad a la madre de su hija y a su hijastro.
El día del ataque
Todo empezó el sábado, cuando el sujeto fue a visitar a la hija que tiene con Lucely. “Él me entregó a la niña, yo ingresé a la casa, la acosté y me fui a hacer unas diligencias. Ese señor empezó a seguirme, cogí una buseta del Éxito a Makro y él me seguía. Al bajarme le pregunté por qué lo hacía, me dijo necesito que hablemos, pero le respondí que no tenía nada que hablar, a mí me quedaron claras las cosas en la Comisaría de Familia, pero parece que a usted no”, contó Lucely.
Con temor, trató de protegerse e ingresó a un parqueadero, donde unas señoras le ayudaron y llamaron a la Policía. Un cuadrante le brindó acompañamiento y ella se devolvió para la casa. Sin embargo, el sujeto empezó a acosarla vía telefónica. “Me dijo Lucely, yo sé que usted necesita plata, le voy a dar 80 millones de pesos, pero sálgase de donde está. No le quise dar importancia, le manifesté que no tenía por qué hacerle caso, porque ya no éramos nada”, agregó Lucely.
Las llamadas continuaron y Lucely prefirió ignorarlas. El domingo, el sujeto tenía de nuevo visita con la niña. “Mi mamá me contó que él le pidió un vaso de agua, ella fue a la cocina y en ese momento él se metió a mi pieza. Me dijo que tenía que hablar conmigo y de nuevo le dije que no. Me dijo, creo que sí”.
En ese instante, el energúmeno ya empuñaba un cuchillo e hirió a Lucely. Pese a las súplicas de ella, el sujeto seguía enceguecido y la mujer trataba de defenderse con sus manos para que no la matara. “Para mí, ese momento fue terrible, él me mandaba las puñaladas al pecho, como pude me defendí, pero la fuerza de él era superior a la mía”, relató.
Pero eso no fue lo peor. Su hijo ingresó a defenderla. Lucely contó que el pequeño le gritó al agresor: “Fabián no le haga eso a mi mamá”. Sin embargo, él no lo escuchó y lo atacó con el cuchillo. Como pudo, Lucely defendió al niño. Mientras esto ocurría, el desadaptado le asestó la última puñalada en el pulmón a su expareja.
Debido al ataque, Lucely tuvo múltiples lesiones en el pecho, brazo derecho y le afectó un pulmón. Por su parte, el menor de edad resultó herido al lado derecho de la costilla, cabeza, oreja izquierda y espalda.
