Estados Unidos ha desplegado un buque militar, el ‘USS Pinckney’, frente a las costas de Venezuela, aunque en aguas internacionales, para reivindicar la libertad de navegación en dichas aguas, en el marco de su operativo antidrogas por el Caribe.
El Mando Sur de Estados Unidos ha anunciado que el ‘USS Pinckney’, un destructor lanzamisiles, ha sido desplegado para «desafiar las excesivas reivindicaciones de Venezuela en aguas internacionales durante una exitosa operación de libertad de navegación en el mar Caribe».
Washington se ha referido a la operación naval «completada legal y pacíficamente» el pasado 23 de junio con el ‘USS Nitze’ en aguas internacionales, «fuera de las 12 millas náuticas de las aguas territoriales de Venezuela».
En esa ocasión, Caracas habló de «provocación» porque aseguró que el barco estadounidense se había aproximado a 30 millas náuticas de las costas venezolanas. «El régimen ilegítimo de (Nicolás Maduro) reivindica un control excesivo sobre esas aguas internacionales, (…) algo que es inconsistente con el Derecho Internacional», ha argumentado el Mando Sur.
En este contexto, Estados Unidos ha defendido que «el acceso global a las aguas internacionales protege los intereses nacionales de Estados Unidos, pero promueve también un orden internacional justo».
También ha indicado que la libertad de navegación en aguas internacionales permite a la Armada estadounidense hacer «misiones clave», tales como llevar a cabo operaciones humanitarias y de respuesta de emergencia a desastres naturales, además de las relacionadas con la lucha antidrogas.
«Seguiremos ejerciendo nuestro derecho a navegar libremente por aguas internacionales sin aquiescencia a reivindicaciones ilegítimas», ha dicho el jefe del Mando Sur, el almirante Craig Faller.
La aquiescencia es el silencio positivo del Derecho Internacional, es decir, la mera tolerancia de hechos ‘a priori’ contrarios al mismo puede llegar a interpretarse como su aceptación, legitimándolos así a futuro.
Otra “provocación”
La reacción de Venezuela no se ha hecho esperar. El Ministerio de Exteriores ha emitido este jueves un comunicado para denunciar este «inexcusable acto de provocación del Comando Sur de Estados Unidos».
Venezuela ha querido exponer, ante la «comunidad nacional e internacional», lo que considera una nueva incursión de Estados Unidos en la Zona Contigua, «a una distancia de 16,1 millas náuticas de las costas venezolanas».
«El ingreso del buque estadounidense de manera furtiva en aguas jurisdiccionales venezolanas es a todas luces violatorio del Derecho Marítimo y sólo puede calificarse como un inexcusable acto de provocación, por demás errático e infantil», ha dicho.
Además, lo ha atribuido a «la reciente visita de Donald Trump al comando militar en Florida, en su desesperada campaña por atraer el voto latino en ese estado a cambio de la permanente e ilegal agresión contra Venezuela».
El Gobierno de Maduro ha advertido de que las instituciones venezolanos, «y en especial su Fuerza Armada Nacional Bolivariana, harán respetar la sagrada soberanía e integridad territorial de Venezuela a toda costa conforme a las leyes internacionales».
Ha subrayado que para ello contemplarán «todas las acciones que considere necesarias, sin caer en absurdas provocaciones que pretenden afectar la paz y tranquilidad de los venezolanos, así como de los pueblos latinoamericanos y caribeños».