Empleados de moteles piden igualdad y poder volver a trabajar después de cuatro meses

Los empleados protestaron desde las 8 de la mañana. Foto: Hélmer Parra/El Nuevo Día/Q’HUBO.

Empleados de los moteles ubicados en la calle 25 con carrera Segunda protestaron ayer en la mañana para exigir su derecho al trabajo y a la igualdad. Aseguraron que varios de estos establecimientos siguen funcionando sin restricciones y que en los que ellos laboran siguen todos los protocolos de bioseguridad. 

La protesta que incluyó arengas de “O todos en la cama o todos en el suelo”, inició frente al Motel D’Caché, cerrado hace cuatro meses. Los manifestantes luego subieron al Centro de la ciudad, estuvieron frente a la Alcaldía y bajaron por la Carrera Tercera.

¿Qué piden?

Humberto Marín, quien trabaja como portero en uno de los establecimientos, señaló que son más de 300 empleados de los moteles D’Caché, Fetiche y Plenitud que no tienen ingresos, sus contratos fueron suspendidos después de un tiempo, pues su propietario no les pudo seguir pagando el sueldo.

“Más del 50 por ciento de los empleados son madres cabeza de familia y pues tenemos conocimiento que sí hay otros moteles que están prestando los servicios y nosotros llevamos cuatro meses sin trabajar. Hicimos un acuerdo con el jefe porque él ya no está en capacidad de seguir sosteniendo el sueldo”, dijo Marín.

Y agregó que le exigen al Gobierno que tome medidas, “que la ley sea para todos o nos dejen trabajar a todos”, pues asegura que hay otros moteles que siguen operando. 

“Con los compañeros han ido hasta los establecimientos que están trabajando, han tomado videos, fotos de parejas entrando a los moteles como Venus. Tenemos conocimiento que está trabajando Casa de Campo, Primavera, Safary, varios moteles. Entonces exigimos que nos dejen trabajar a todos, pues todos necesitamos, exigiendo el derecho al trabajo y la igualdad. O todos en la cama o todos en el suelo”. 

Protocolos

Hubo algunos días en los que pudieron trabajar, eso sí, respetando los protocolos de bioseguridad como el uso de trajes antifluido, tapabocas, gel para las manos al ingresar a la habitación; la utilización de tapetes de desinfección de zapatos y aplicación de procesos como desinfección de carros al entrar y toma de temperatura para los clientes.

Recordó Marín, que en los moteles antes de la pandemia “se desinfectaban las habitaciones, cuando las parejas desocupan el cuarto, las camareras recogen las sábanas las echan al bolo y en la lavandería se echa hipoclorito para desinfectarlos con agua caliente, de ahí se pasa a una secadora. Un lugar de estos es el más desinfectado y donde menos aglomeración de gente hay”.

Además está suspendido el servicio de bar y no se permiten los tríos o actividad sexual grupal.

Pérdidas incalculables 

Ricardo Rodríguez Merchán, administrador de tres moteles, señaló que hasta el lugar llegó el secretario de Gobierno, Carlos Portela, junto con el Comandante de la Policía: ”Hablaron con los manifestantes y dijeron que van a mandar al Gobierno Nacional el protocolo de bioseguridad para se apruebe con los planes piloto para poner a funcionar de nuevo los moteles”.

Indicó Rodríguez que, “se comprometieron a revisar los moteles que tienen abiertos en este momento para que la ley sea igual para todo el mundo, que no queden unos abiertos y otros cerrados, porque los que están abiertos están funcionando sin papeles. Desde hoy van a comenzar esos operativos”. 

Y agregó: “El sector hotelero emplea cerca de 600 personas de manera directa, o sea viven de eso más o menos tres mil personas, entonces desde marzo estamos con entrada cero sosteniendo empleados y estamos graves. Las pérdidas son incalculables”. 

Dato:

Ibagué fue catalogada por el Gobierno Nacional como ciudad de baja afectación del Covid-19, por lo que hay proyectos pilotos de la Alcaldía para reactivar este sector de la economía local. 

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