Por: Laura Martínez H.
Cuando las manecillas del reloj marcan las 6:30 de la mañana, el propietario del negocio de hierbas aromáticas La Bodega, ubicado en la plaza de la 28, recibe en el local a Juvenal Camargo, su vocerito de confianza y con quien ha construido una entrañable amistad que comenzó a partir de la compra y venta del periódico Q’HUBO. Y es que, además de informar, este diario se ha convertido en la mano amiga de la gente a lo largo de 12 años de historia y servicio a la comunidad.
Se unen lazos
Hace seis años, cuando Ómar Ochoa recién comenzaba su emprendimiento de hierbas aromáticas, Juvenal Camargo iniciaba su recorrido por las calles de la Ciudad, llevando información a través del diario impreso. Desde entonces, la amistad que Q’HUBO ayudó a formar entre estos dos hombres se ha mantenido entre risas, bromas y opiniones acerca de los acontecimientos publicados en la prensa.
“Me convertí en fiel comprador de Q’HUBO porque trae muchas cosas que tienen que ver con la Ciudad y otras que le sirven al lector para entretenerse como el crucigrama y el horóscopo. Me gusta por la variedad y de paso le ayudo a mi amigo Juvenal”, comentó el comerciante.
Así como Juvenal extiende sus ventas hasta la plaza de la 28, también recorre el barrio El Carmen, Belalcázar, La Esperanza, en una jornada que inicia a las 4:30 de la mañana desde la carrera Sexta con calle 12, donde están las instalaciones de la Editorial AguasclarasS.A. “En noviembre completo seis años de vender Q’HUBO y me acerqué a la empresa como una forma de mantenerme activo, ya que soy pensionado del Ejército y sentía que en la casa perdía tiempo sin hacer nada. Entonces, comencé con 30 periódicos y llegué a vender 200. Debo decir que no he dejado de salir, aunque con la pandemia las ventas hayan disminuido”, mencionó don Juvenal, de 81 años de edad.
Oportunidad para todos
Tal como lo describe Juvenal Camargo, Q’HUBO ha sido la casa de un buen número de personas de la tercera edad que han encontrado en la venta del periódico una forma de estar activos, de socializar con su entorno, de mantenerse informados y a su vez, de generar ingresos.
Si bien, la pandemia ha obligado a que muchas personas permanezcan en sus viviendas, Q’HUBO no se ha detenido en su labor de atender las denuncias de la comunidad y divulgar información relevante para la comunidad. “He salido durante toda la cuarentena cumpliendo con todos los protocolos e incluso creé una nueva ruta para que las personas no se queden sin recibir su Q’HUBO. Cada uno hace el esfuerzo y yo espero que las fuerzas me sigan dando para continuar”, comentó.