Jaime Rubiano Páez es un taxista que lleva 20 años detrás del volante prestando este servicio a los ibaguereños Contó que con recursos propios y debido a la pandemia del Covid-19, implementó una cabina de separación en su ‘amarillo’.
“Le cree al carro una cabina de aislamiento con el fin de cuidar a mis pasajeros y protegerme yo, porque tenemos que convivir con esta pandemia e invito a mis compañeros para que le tomen fotos e implementen”, dijo Jaime.
El conductor invirtió 200 mil pesos en la cabina que tiene un aviso de advertencia para que los usuarios del taxi utilicen el tapabocas de manera permanente y no se lo quiten. “Si todos nos cuidamos podemos convivir con la enfermedad”, contó el hombre.
Uno de sus hijos, que trabaja en un concesionario, le ayudó a ejecutar su idea en el taxi, el cual lleva cada dos días a desinfectar y usa de manera permanente alcohol e hipoclorito.