El estallido de indignación nacional se extiende a más de 140 ciudades en Estados Unidos. Aunque los saqueos y el vandalismo han amainado.
El secretario de Defensa de EE.UU., Mark Esper, rechazó ayer el empleo de tropas en activo para contener la ola de protestas en el país en una abierta señal de desacuerdo con el presidente Donald Trump, quien prometió mano dura y avanzó dicha posibilidad este lunes.
La inesperada discrepancia pública con la Casa Blanca abre un frente más en medio de la convulsa semana vivida por las masivas protestas, que en algunos casos derivaron en disturbios, saqueos y enfrentamientos con las fuerzas de seguridad, desencadenadas por la muerte bajo custodia policial de George Floyd.
“La opción del uso de tropas en activo en el papel de garantes de la ley debería ser solo empleado como último recurso, y solo en las situaciones más urgentes y extremas”, afirmó ayer Esper en una conferencia de prensa desde el Pentágono.
“No estamos en una de esas situaciones ahora. No soporto invocar la Ley de Insurrección”, subrayó sobre la posibilidad de utilizar al Ejército planteada por Trump.
Polémica ley
Esa ley permitiría a los miembros de las Fuerzas Armadas llevar a cabo arrestos y labores policiales dentro del territorio estadounidense, algo que tienen prohibido.
Este lunes, Trump anunció su disposición a desplegar “miles y miles de soldados fuertemente armados” y de agentes de la ley para detener los disturbios en Washington DC. Y mantuvo su discurso ayer y pese a las críticas repitió en Twitter su mensaje de “¡Ley y orden!”.
Poco después del mensaje televisado, los manifestantes concentrados ante la Casa Blanca fueron dispersados con gases lacrimógenos para que Trump pudiera cruzar a pie la plaza y posar ante los periodistas gráficos delante de una iglesia.
Aunque la tensión se ha rebajado en las últimas 24 horas, las protestas no cesan en Estados Unidos, donde al menos 40 ciudades han decretado el toque de queda y permanecen bajo custodia de la Guardia Nacional.
Endurecen cargos contra Policía
El fiscal general del estado de Minesota, Keith Ellison, endureció ayer los cargos contra Derek Chauvin, el exopolicía que fue grabado arrodillado sobre el cuello del afroamericano George Floyd, quien murió poco después, e incluyó en el caso a los otros tres exagentes presentes en la escena.
Ellison decidió elevar la acusación contra Chauvin al cargo de asesinato en segundo grado, tras ser acusado el pasado 29 de mayo de asesinato en tercer grado y de homicidio imprudente. El fiscal acusó igualmente a los expolicías Tou Thao, J. Alexander Kueng y Thomas Lane, presentes durante la detención de Floyd.
Destacado
Más de 10.000 personas han sido detenidas en las protestas masivas de costa a costa del país norteamericano.