IBAGUÉ. Días de angustia y desesperanza han vivido los familiares de Alfonso González, un interno del Coiba de Picaleña. Estuvieron ocho días sin conocer su paradero y de manera infortunada ayer, sobre el mediodía, se enteraron de que su pariente había muerto el pasado martes.
Ocho días sin noticias
Abigail Madrigal, esposa del hombre, le relató a Q’HUBO que su pareja, que llevaba año y medio privado de la libertad, se comunicó con ella el pasado jueves 9 de abril. Le informó que estaba muy enfermo, pero no le detalló qué síntomas tenía.
Desde ese día, Abigail perdió contacto con su esposo. En medio de la preocupación por el estado de salud de su pareja, la mujer le dijo a Q’HUBO que recibió una llamada de un compañero de prisión de Alfonso, quien le informó que al hombre lo habían trasladado a un centro hospitalario, al parecer, al hospital San Francisco.
Nadie le dieron razón
La mujer de la tercera edad logró trasladarse hasta el hospital para tener información de su compañero sentimental, pero nadie le dio razón.
Abigail regresó a su casa y continuó tratando de investigar, pero debido a las limitaciones por el aislamiento preventivo, fue muy poco lo que pudo averiguar.
La trágica noticia
Solo hasta el jueves recibió una llamada de la cárcel. Un amigo de Alfonso la llamó para darle las condolencias por la muerte de su esposo. En medio de la confusión y el dolor, Abigail pidió explicaciones, pero el hombre le dijo que pensaba que ya le habían notificado el deceso, pues al parecer Alfonso había fallecido el pasado martes por complicaciones de salud derivadas de un cáncer.
La incertidumbre
Abigail relató que nunca recibió una llamada o una notificación del Inpec donde se le informara sobre el estado de salud de su esposo, ni de su deceso. “Si no es por la llamada que recibí, aún no sabría nada de Alfonso. Murió hace dos días y nadie nos avisó, no sabemos qué pasó con él y exigimos respuestas”, concluyó.
Un integrante del Inpec le confirmó a Q’HUBO que don Alfonso murió el martes y que al parecer no le informaron a sus familiares porque no tenían un número de contacto.