IBAGUÉ. La tasa de desocupación en Colombia entre jóvenes de 14 a 28 años ha tendido al alza en los últimos años.
Si bien, de diciembre de 2018 a diciembre de 2019 se registró un leve descenso, según informe del Departamento Administrativo Nacional de Estadística, Dane, a finales de 2019 la cifra de personas en ese rango de edad, que no estudiaban ni trabajaban (denominados Ninis), se ubicó en 16 por ciento. Esa cifra en Ibagué casi se duplica, llegando a una tasa de desocupados del 28 por ciento, muy por encima de la media nacional.
Para Carlos Salazar, director del programa Ibagué Cómo Vamos, el fenómeno es preocupante porque la tasa de desocupación juvenil en la Ciudad casi que dobla el promedio nacional. “Se espera que en un futuro los jóvenes sean los que generen empleo, pero ante la situación, a muchos solo les queda echar mano de una economía informal”, indicó el funcionario. Así mismo, afirmó que la situación requiere acciones gestadas desde los sectores económicos para la consolidación de un plan que genere nuevos puestos de trabajo.
De igual manera, Salazar habló de la necesidad de descentralizar el desarrollo económico, dada la tendencia de muchos jóvenes de los municipios tolimenses a emigrar hacia esta capital para estudiar o trabajar. En ese sentido, opinó que es necesario fortalecer programas de formación y productivos que apunten al desarrollo de los municipios y que prioricen sectores como la agricultura y la construcción. La idea es que la oferta educativa corresponda a las necesidades del mercado laboral tolimense.
La educación es la respuesta
Para Jorge Renza, director del Observatorio de Empleo de la Universidad del Tolima, la falta de educación precariza las condiciones laborales de los jóvenes, pero incluso quienes estudian una carrera profesional también presentan dificultades a la hora de emplearse. En promedio, afirmó Renza, un egresado tarda al menos nueve meses en conseguir trabajo. Además, señaló que existe una gran inestabilidad laboral, malas condiciones salariales y niveles altos de subempleo.
Así las cosas, los ninis no deben ser vistos como ‘jóvenes vagos’ porque no estudian ni trabajan. De hecho, para Renza, este fenómeno puede estar relacionado también con la criminalidad y lo preocupante es que la tendencia continúe aumentando.
Según el académico, tanto el gobierno Municipal como el Departamental, deben pensar en políticas de inclusión juvenil que disminuyan la deserción escolar (jóvenes que abandonan el colegio y la universidad), para evitar que salgan a buscar trabajo y así “presionen el mercado laboral”. Asimismo, señaló que la causa del fenómeno es una estructura productiva que no genera nueva demanda de empleo y un sistema educativo que “excluye y victimiza a la juventud”.
Las consecuencias
Entre los efectos del fenómeno de los ninis, pueden estar algunas tan complejos y preocupantes como el suicidio. “El alto índice de suicidios puede estar relacionado con la tasa de desempleo”, afirma Mario Rodríguez, catedrático de la Universidad Cooperativa de Colombia, sede Ibagué.
Para el docente, es un tema bastante delicado, que requiere mayor atención y cuyas cifras reales probablemente dupliquen a las de los informes oficiales. Rodríguez agregó que esta problemática se debe manejar desde universidades, empresas y Estado.
Rodríguez explicó que los jóvenes son una población vulnerable que merece ser tratada como tal y que la mayoría no laboran ni estudian porque así lo decidan, sino porque no pueden. “Incluso, si hay jóvenes que no desean estudiar una carrera o acceder a un empleo, es un fenómeno que se debe estudiar”, resaltó. Y advirtió que a largo plazo estas personas buscarán cualquier manera de subsistir, incluso en la ilegalidad, lo que representa una problemática social.
El factor psicológico
Además del gran número de adolescentes y jóvenes adultos que no encuentran oportunidades, hay un porcentaje de personas en edad productiva que se excluyen del mercado laboral y del sistema educativo por causas personales.
Así lo indica Xavier Pérez, director de la Corporación Proyecto Futuro, quien lleva años trabajando en la orientación de jóvenes para la educación superior y la vida profesional. Según él, muchos niños y adolescentes actualmente padecen trastornos depresivos y de ansiedad, que sumados a una baja autoestima o condiciones de sobreprotección, pueden llevar a una autoexclusión de la vida educativa y laboral.
Para el psicólogo, desde las instituciones educativas “se debe empoderar a los niños, niñas y adolescentes a través de programas ocupacionales, desde los hogares a través de la afectividad y el adecuado acompañamiento y desde los gobiernos, a través de programas que vinculen a los jóvenes al mundo laboral”. Se trata de lograr que cada estudiante tenga un proyecto de vida, donde los jóvenes puedan reconocer sus habilidades y capacidades y generar autonomía en ellos, pero también cuenten con la debida atención psicosocial desde las instituciones y oportunidades de desarrollo, puntualizó.
Para tener en cuenta
Según el informe del Banco Mundial “Ninis en América Latina: 20 millones de jóvenes en busca de oportunidades”, la proporción de jóvenes desocupados en la región se mantiene estable, pese a los índices de crecimiento económico en estos países.
Casi la mitad de los jóvenes en Ibagué no terminan el grado 11, por lo que no cuentan con competencias para acceder a empleo formal y deben recurrir al denominado ‘rebusque’ u otras formas de ocupación informal. Esta deserción está relacionada con las condiciones económicas de muchos hogares.
La falta de acceso a empleo, deudas y problemas económicos están relacionados entre los factores desencadenantes de problemas depresivos, ansiedad y suicidios, al no generar metas ni expectativas de vida.
80 por ciento de los ninis son jóvenes de escasos recursos, sin formación o habilidades para acceder a empleos con buenos salarios y prestaciones de ley.
En las adolescentes y adultas jóvenes la situación es un poco más compleja porque usualmente se dedican a labores del hogar y su acceso a un empleo formal será más difícil.
«Cuando un joven reconoce lo que tiene y la sociedad se lo retribuye, siempre va a querer hacer realidad sus sueños”. Xavier Pérez, dir. Corporación Proyecto Futuro
Cifras
57 Mil 808 jóvenes en Ibagué están laborando o estudiando.
23 mil 390 estudiantes en el nivel universitario hay en Ibagué.
64.8% es la tasa de cobertura de educación media (décimo y undécimo grados).
JULIÁN TORRES