Conductores prefieren invadir el espacio público y no pagar parqueadero

IBAGUÉ. Las dificultades que enfrenta Ibagué en materia de movilidad, son consecuencia también de la imprudencia de algunos conductores que, a cualquier hora y en distintos puntos de la Ciudad, parquean sus automotores sobre la carretera y generan congestión en el tráfico. Q’HUBO visitó algunos sitios donde hay disponibilidad de parqueaderos para identificar por qué las personas prefieren abstenerse de utilizar estos espacios.

Sin espacio público
Además de la falta de andenes y del aumento del comercio informal en Ibagué, los cuales dificultan el paso de los peatones por el espacio público, otro detonante para la movilidad de ‘La Musical’ se relaciona con el elevado número de conductores que eluden el uso de los parqueaderos y estacionan sus rodantes en sitios prohibidos.
Esta situación afecta a transeúntes como Inés Gómez, una adulta mayor que reside en el barrio Varsovia y que según afirmó, arriesga su vida cada vez que se moviliza por la Clínica Nuestra para llegar a su casa, debido a que muchos propietarios de vehículos prefieren parquear en la vía pública y la zona peatonal antes que pagar en alguno de los dos parqueaderos habilitados en la zona.
Carlos Castaño, administrador de uno de esos negocios, coincide con la mujer en que los conductores prefieren no pagar el servicio por ahorrarse unos pesos. “Este parqueadero tiene capacidad para 160 motos y cerca de 120 carros. Sin embargo, el cupo se cubre a diario casi en un 80 por ciento para las motos y un 60 por ciento para los carros y eso, teniendo en cuenta que la mayoría de clientes son funcionarios de la Clínica. La cifra de personas que prefieren invadir el espacio público es alta y el control es mínimo porque hasta el año pasado los agentes de tránsito llegaban al menos dos veces en el día para ejercer control, pero este año solo han venido una vez”, reveló.

No sirven los ‘ganchos’
Hace unos meses una de las droguerías del sector lanzó una promoción para atraer clientes, en la cual se le obsequiaba la hora o fracción de parqueadero a quienes realizaran compras en el establecimiento. “Lo de la droguería fue una buena idea, pero considero que no ha sido suficiente como para que las personas utilicen el servicio de parqueadero”, aclaró el administrador del lugar, que completó cinco años de funcionamiento.
Lo que sucede en cercanías de la Clínica Nuestra es similar a lo que ocurre en los alrededores del centro médico Sánitas, ubicado sobre el sector de El Papayo, donde hay cuatro parqueaderos habilitados, pero ninguno completa la capacidad en ningún momento del día, pese al alto flujo de carros que arriba a la zona. “La gente prefiere parquear en las calles y exponerse a la inseguridad que implica dejar los carros a la deriva, en vez de buscar parqueaderos. Los clientes que guardan sus carros aquí son en su mayoría funcionarios de la Fiscalía, pero con ellos no se alcanza a llenar la totalidad del cupo, el cual es de 50 vehículos”, sostuvo Jairo Morales, administración de uno de los parqueaderos de El Papayo.

Varsovia

El valor de la hora de estacionamiento en el negocio que administra Carlos Castaño es de $1.200 para las motos y $1.800 para carros. El parqueadero es de categoría 3 y funciona durante las 24 horas.
Según lo revelado por algunos vecinos del sector, la permanencia de los carros sobre las cuadras del barrio ha suscitado el incremento de hurtos. Durante los primeros días de enero una persona fue víctima de los ‘pillos’, luego de que supuestamente le sustrajeran algunas pertenencias del carro que permanecía sobre el costado derecho del parqueadero.

Hospital Federico Lleras Acosta

Diana Quiroga resolvió hace seis años emprender un negocio frente al hospital Federico Lleras Acosta. Allí, habilitó un parqueadero de motos con cupo para 20 rodantes. “En este sector no hay ningún parqueadero para carros, para motos solo hay dos. Sin embargo, completar la capacidad es relativo porque nosotros trabajamos más que todo con los horarios de las visitas del hospital y así como hay días en que nos va bien, hay otros en que la gente prefiere dejar las motos afuera. Además, hace como tres meses que no vienen los agentes de tránsito y eso facilita el desorden”, dijo la mujer. El precio por fracción para las motos es de $1.000.

El Papayo

Jairo Morales cobra $1.300 la fracción para el conductor que quiera guardar el carro en su negocio y 750 pesos la hora de vigilancia para las motocicletas. Aunque el precio es cómodo en comparación con otros lugares, los conductores se abstienen de tomar el servicio.

Cabe resaltar, que la zona registra trancones prolongados debido a que los carros estacionados en zonas prohibidas invaden la carretera principal y, a su vez, dificultan el paso de los pacientes y usuarios del centro asistencial. De otra parte, hay varios puestos de venta informal que invaden el espacio público.

Regulación de parqueaderos

La regulación de los parqueaderos está a cargo de la Secretaría de Gobierno municipal, liderada por el Carlos Andrés Portela, con quien esta redacción no logró entablar comunicación, pese a que se le intentó contactar por varios medios para conocer las acciones que se adoptan en la dependencia concernientes al control de los parqueaderos y el espacio público.

 

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