IBAGUÉ. Una mujer llegó hasta Interaseo, ingresó al puesto de trabajo de su esposo, con sus manos se cogió el rostro y llorando se desvaneció ante la muerte de su amor, el vigilante que ayer acabó con su existencia con el arma de dotación.
Historia
Este sábado los trabajadores de la empresa recolectora de residuos sólidos y prestadora de servicio de aseo público arribaron a las instalaciones en la avenida Mirolindo con calle 69 a iniciar sus labores, allí los recibió el guarda de seguridad, Angélico Aragón Ramírez como lo hacía desde días atrás cuando empezó a laborar cubriendo unas vacaciones.
A Aragón Ramírez lo conocían como ‘Brayan’, así se hacía llamar. Algunos empleados se hicieron en la garita, mientras empezaba la jornada, uno de ellos le llevó un café con un pan que dejó en la mesa. Pasados unos minutos, entre 7:00 y 7:30 a.m. cada quien cogió para su puesto y ahí quedó Aragón Ramírez, nadie se imaginaba lo que minutos después pasaría.
Al parecer, empezaron a llegar varios automotores para entrar a Interaseo, pero el vigilante no abrió el portón principal por lo que los conductores hicieron sonar los pitos. Uno de los trabajadores abrió la puerta de la caseta y en el baño encontró al celador tendido en el piso en medio de un lago de sangre: Este se disparó en la cabeza. La entidad informó a las autoridades y hasta allí arribó el cuadrante 30 del CAI Mirolindo de la Policía Metropolitana de Ibagué que atendió el llamado. Aragón Ramírez murió en su puesto de trabajo. Minutos después su compañera sentimental desconsolada se desmayó, por lo que varias personas la auxiliaron. Por su parte, miembros del Cuerpo Técnico de Investigación se encargaron del levantamiento del cadáver.
El fallecido
Angélico Aragón Ramírez trabajaba en la empresa de seguridad Novasep y ayer recibió su turno a las 6:00 a.m. Era casado y trabajó en el Ejército Nacional.