Una ‘Manito’ para Isabel

IBAGUÉ. A un costado del cementerio abandonado del barrio El Salado, vive Isabel Gómez Ascencio con su pareja César Julio.

Lo único que los acompaña es una cama, un colchón, un par de cobijas, plástico y ropa. Permanecen allí en la calle día y noche.

“Vengo de Chicoral porque de allí me sacaron las personas cuando me quemaron el cambuche”, contó la adulta mayor. Desde que están en ese sector, ambos han recibido el apoyo de los vecinos, quienes les ofrecen alimentación.

La familia
A sus 81 años, Gómez Ascencio no sabe nada de sus dos hijos: María Astrid y José Bertulfo, quienes viven en Santa Marta y Bogotá, respectivamente.

“Ellos no saben la vida mía y yo tampoco”, reconoció la mujer. Sin embargo, Q’HUBO conoció que Isabel tiene un familiar en Alvarado y un hermano en el barrio Libertador, pero no han apoyado a la espinaluna.

Frío en las noches
A las 6:30 p.m., Gómez y César Julio se preparan para dormir. Antes de eso, arreglan las cosas que tienen, entre ellas el plástico, que ubican cerca a los pies y que les sirve de cobija o protector cuando llueve y hace frío.

Al siguiente día, se levanta muy temprano y hace un café o agua de panela para comenzar la jornada.

“Me gusta bañarme y lavar la ropa porque me da mucha tristeza que las personas lo ignoren a uno por no bañarse y estar limpia”, reconoció. Ella se asea todos los días en la quebrada Chembe.

Ayuda
En estos momentos Isabel y su pareja necesita la ayuda de los buenos corazones. Como centenares de ibaguereños, están afectados por la pobreza extrema.

Por el momento, hay dos policías que les están dando una mano. El primero le ofreció llevarla a un ancianato, pero ella dejó claro que no va a ese lugar “porque uno encerrado como si estuviera preso, lo humillan y eso pa’ qué”, contó entre risas.

Entre tanto, el Intendente Fredy Cuestas, que lidera el grupo Gestor de Participación Ciudadana en la comuna Siete, por intermedio de la ‘Fundación Mujer, Ayuda para todas’, le consiguieron una habitación en el barrio Tierra de Paz, donde se iría a vivir desde mañana.

A su vez, la Junta de Acción Comunal del Salado, se comprometió a ayudarla a largo plazo. Y un ciudadano pensionado de la Policía, se encargará del arriendo de la pieza por un año.

Sumado a ello, Cuestas espera que quienes puedan aporten su ‘granito de arena’ y les regalen algunos artículos a doña Isabel y César Julio.

81 años de edad tiene la espinaluna.

Dato
Las personas que estén interesadas en ayudar se pueden dirigir a la estación de Policía del barrio El Salado y preguntar por el agente Fredy Cuestas.

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