IBAGUÉ. En la iglesia Nuestra Señora de Chiquinquirá le dieron el último adiós al patrullero ibaguereño Yubel Snaider Lozano Hernández, quien falleció al sufrir un accidente de tránsito en medio de su deber.
Historia
De luto y dolor se vistió la familia ‘verde oliva’ por el deceso de Yubel Snaider. Un patrullero perteneciente a la Policía Metropolitana de Bogotá, que murió el domingo como consecuencia de un siniestro vial. En medio de los hechos, su compañero, con el que salía del primer turno, permanece en delicado estado de salud. Las autoridades investigan cómo sucedió la tragedia, pues sus seres queridos, al parecer, no creen que se haya tratado de un simple accidente.
Ayer a las 11 de la mañana, a la Casa de Dios llegó la familia de Lozano Hernández. Su padre Jhon Jairo, un pensionado de la misma Institución, estaba sumido en la tristeza al igual que su madre Janet, y sus hermanos, una de ellas teniente de la Policía de Cundinamarca y los dos menores, estudiantes en el colegio Nuestra Señora de Fátima, todos pertenencientes a un hogar marcado por el servicio a la Patria.
En medio de la eucaristía, oficiada por el capellán de la Metib, padre Roger Aroca, otro párroco perteneciente a Cundinamarca envió un saludo de solidaridad: “Que Dios los llene de fortaleza ante esta situación tan inesperada e incomprensible y profundamente dolorosa”.
Al finalizar la misa, el coronel Gabriel Bonilla González también emitió unas palabras, en especial para don Jhon Jairo con quien trabajó en Cali, antes de que se pensionara: “Va dejar una ausencia profunda, nos queda acompañarlos, estamos presentes y siguen siendo parte de la Policía Nacional”, dijo.
Pero el momento más emotivo fue al salir de la iglesia, pues Yubel fue despedido en medio de honores. La trompeta interpretó el ‘toque del silencio’ mientras la bandera de Colombia, que cubría el féretro del patrullero, era doblada y entregada junto al quepis a don Jairo y la señora Janet.
Lozano Rojas cargó el ataúd de su hijo hasta el coche fúnebre mientras decía: “Mijo, lo voy a extrañar todos los días, todo los días de mi vida”.
El féretro fue trasladado hacia el cementerio La Milagrosa acompañado por una caravana de carros y compañeros de la Policía.