Familia de sargento tolimense muerto pide justicia

IBAGUÉ. Una multitud de familiares y amigos despidió ayer el cuerpo del Sargento ibaguereño Julio César Ramírez Camacho, quien falleció en extrañas circunstancias en la vereda La Paulina del municipio de Valdivia, Antioquia. Sus conocidos aún no salen de la conmoción tras la noticia de su deceso y aseguran que no se trató de un suicidio, como les informó el Ejército Nacional.

Historia. Según la versión de su esposa, el sargento Ramírez, al parecer, venía siendo víctima de presión por parte de sus superiores, luego de que el 13 de abril en la vereda El Raudal Viejo, de Valdivia, ocurriera un atentado en el que perdió la vida un soldado y otros seis quedaron heridos, personal que estaba a cargo del tolimense.
“Empezaron los problemas por parte del teniente coronel Comandante de su Unidad, quien se expresaba con palabras soeces y desmotivantes hacia mi esposo, él me manifestaba todos los días que la presión era enorme y que no había recibido ayuda por parte de su Unidad”, señaló María Alejandra Robayo, esposa del militar.
Ella le dijo a Q’HUBO que esa presión empezó porque algunos soldados al parecer tomaron fotografías del atentado que luego se hicieron públicas en redes sociales. Además, por las investigaciones que se iban a adelantar relacionadas con el caso.
A raíz de eso, el Sargento habría empezado a sentir acoso laboral de su superior y pidió que las órdenes se las dieran por escrito, ya que días atrás, presuntamente, lo abastecieron y le ordenaron que regresara a misión al lugar del atentado con su personal reducido y sin enfermero de combate.

Su muerte. El 24 de abril, su esposa recibió una llamada a tempranas horas del día.
En ella, le indicaron que su compañero sentimental había acabado con su vida. “En ningún momento me llamó un alto mando para darme una información clara y verídica de lo que ocurrió con mi esposo. Estuve totalmente desamparada. Necesito esclarecer lo que pasó, porque yo sé quién era mi esposo y él no tenía motivos ni argumentos para tomar esa decisión, como para que ellos digan eso. Él amaba a su Ejército, amaba lo que hacía, daba la vida por sus soldados y velaba por la integridad de todos”, agregó Robayo.
Pese a que le informaron que terminó con su existencia, su familia nunca supo bajo qué circunstancias.
Su esposa aseguró que en mayo cumplía dos años en esa Unidad y que estaba a punto de ser trasladado a otro sitio, razón por la cual tenían planes juntos. Además, la mayor de sus hijas cumplirá 15 años y el Sargento se preparaba para el acontecimiento.
“El Ejército no se ha pronunciado para decir que van a investigar los hechos, acá hay un culpable y la muerte de mi esposo no va a quedar impune, yo exijo que me esclarezcan qué fue lo que pasó con él”, concluyó la mujer.

¿Quién era? El mayor de 10 hermanos y padre de dos hijas de 14 y ocho años de edad. Un hombre ‘intachable’, trabajador, amoroso, hogareño, buen hermano y sobre todo, entregado a su Institución. Así lo describieron sus familiares. Visitaba a su familia en Ibagué cada vez que tenía permiso, aproximadamente cada cinco meses y siempre su deseo fue ser militar. Perteneció al Ejército Nacional por 13 años.

Pronunciamiento. El Comando de la Séptima División del Ejército Nacional informó que los hechos son materia de investigación por parte de las autoridades.
Según un comunicado, el pasado 24 de abril escucharon un disparo en la vereda La Paulina, zona rural de Valdivia, Antioquia, donde hallaron el cuerpo del Sargento Segundo Julio César Ramírez Camacho, quien al parecer habría empleado su arma de dotación para atentar contra su integridad física.

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