CHAPARRAL. Lo que pretendían ser unas felices vacaciones de Semana Santa, resultó siendo tremendo susto para un joven que viajó a su tierra natal para compartir con su familia. El hombre fue atacado al parecer por varios hombres que lo despojaron de sus pertenencias.
Historia. Daniel Andrés Zate llegó a la ‘Tierra de los grandes’ el miércoles en la noche desde la Capital de la República, donde vive en la actualidad. Tras el regreso a su pueblo, decidió salir a refrescarse en compañía de algunos familiares a un balneario cercano al barrio Villa del Rocío, conocido como el Charco San Pablo.
Allí llegó junto a cinco sobrinos menores de edad, de seis, nueve, 10, 14 y 15 años, con la idea de pasar un rato agradable y tomar un baño en medio del calor del municipio.
“Estábamos allá con mis sobrinos tomándonos fotos y de repente aparecieron como seis o siete muchachos con capuchas y peinillas en mano y me quitaron todo. Eso fue más o menos a las 4:30 de la tarde. Se llevaron mi celular, la ropa y hasta los zapatos”, relató Daniel Zate, víctima del atraco.
Y agregó que vio cuando los presuntos asaltantes se alejaban del lugar y al tratar de defenderse, agarró una navaja que llevaba e intentó enfrentarse a los delincuentes.
“Le dije a mis sobrinas que salieran corriendo y fueran a pedir ayuda. Y cogí por la quebrada abajo y uno de ellos se fue persiguiéndome hasta que me tiró una piedra que me pegó en la costilla. Ahí caí dentro del agua y fue donde me cogió y me pegó un ‘planazo’ con una peinilla en la espalda cerca al hombro”, dijo.
Además de su herida en la espalda, Zate indicó que sus atacantes le habrían propinado otra lesión con el machete en la boca y que el golpe le lastimó los dientes. Por fortuna a los menores no les ocurrió nada.
¿Lo confundieron? El joven señaló también que los ‘encapuchados’ lo buscaban bajo el pretexto de que les entregara ‘el vicio’, sin embargo, él aclaró que no es consumidor de estupefacientes.
Tras el asalto, indicó que tuvo que mandar a una de sus sobrinas por ropa porque lo dejaron en boxer. “Me fui para la casa y esperamos como hasta las 7 de la noche, pero no me aguanté el dolor y tuve que ir al hospital San Juan Bautista donde me aplicaron unas inyecciones. Me revisaron y gracias a Dios todo salió bien. Solo tuve heridas superficiales”, agregó.
La víctima valoró su pérdida en cerca de un millón de pesos y refirió que los asaltantes tendrían entre 18 y 19 años de edad y llegaron al lugar con buzos amarrados en su cara para evitar ser identificados.
