IBAGUÉ. En el Hospital El Tunal de Bogotá permanece el cadete Daniel José Murillo Villanueva bajo observación médica, los cuidados de su mamá y las cadenas de oración por su pronta recuperación. Él fue una de las 69 personas lesionadas en el atentado del carro bomba contra la Escuela de Oficiales de la Policía, General Francisco de Paula Santander, ocurrido el pasado jueves.
Historia. En Guamo, la tierra que vio nacer y crecer a Murillo Villanueva, no cesan las plegarias. Todos sus familiares, allegados y hasta los que no lo conocen, se unieron para orar por su salud, y Dios los escuchó, pues tras pasar por varias cirugías y estar en la Unidad de Cuidados Intensivos, hoy está en una de las habitaciones del quinto piso del centro médico donde su mamá, doña Irma, lo cuida como su más grande tesoro, mientras en el barrio Libertador de la ‘Tierra de la Chamba y el plátano paso’ su papá, Antonio Murillo, y su hermana Tatiana, quien es abogada y además inspectora de Policía de la población, esperan con ansias que pronto esté con ellos.
‘Toño’, como le dicen de cariño a don Antonio, estuvo el lunes con Daniel José y contó a Q’HUBO detalles del encuentro.
“Lo visité, ya está mucho mejor, gracias a Dios. Tiene una fractura en la pierna, quemaduras en la cara, lo operaron en las dos piernas y está en recuperación, también tiene un hematoma en el pecho, confiando en Dios y la Virgen va a salir adelante. Él está triste por la muerte de sus compañeros, está muy aturdido del golpe, del totazo”, relató Murillo.
Ese jueves, don Antonio estaba en su casa escuchando radio cuando lanzaron de un momento a otro un ‘extra’, era la noticia de la explosión de un carro al interior de la Escuela General Santander, donde estaba su hijo. “Me llamaron a decirme que no me preocupara, que no era nada, pero mentiras que estaba grave el ‘chino’”, refirió el progenitor.
La información que Murillo tiene es que su hijo estaba en formación cuando ingresó José Aldemar Rojas Rodríguez en la camioneta Nissan Patrol de placa LAF 565 y cometió el atentado en el que fallecieron 20 compañeros del cadete guamuno: “Estaban recibiendo a un grupo nuevo que entraba y les estaban dando unos diplomas a otros, todos en formación, menos mal que el carro no alcanzó a llegar allá, porque había sido peor la catástrofe, ellos ya habían roto filas, se estaban moviendo para los aposentos. Cuando sucedió eso, a él lo llevaron como muerto y a las dos horas ya lo estaban operando”, contó.
Amor por la Policía. Desde pequeño, Daniel José siempre quiso ser Policía, le gustaba y su familia hizo todo lo posible para que ingresara a ser oficial de la Institución.
Él terminó su bachillerato en el colegio Técnico Industrial Simón Bolívar, luego se matriculó en el Sena, donde hizo una tecnología en sistemas, pues es muy hábil en esta área. Pasó papeles y entró a la General Santander donde llevaba año y medio formándose para ser el mejor.
La última vez que visitó el Guamo fue a principios de enero, luego de disfrutar las festividades decembrinas y la llegada de los Reyes Magos. “Le dieron permiso unos días y estuvo con nosotros, luego se regresó para la Escuela a seguir la carrera, a él le gusta mucho”, manifestó Murillo.
