IBAGUÉ. María Rosa Valencia García, una ibaguereña en condición de discapacidad, denuncia discriminación por parte de los conductores de buseta que cubren las rutas 18 y 28.
Hace nueve años a la mujer que padece diabetes, le amputaron una parte de su pierna izquierda debido a una trombilisis. Desde ese entonces, doña Rosa necesita de un par de muletas para movilizarse pero su discapacidad se ha convertido en un verdadero ‘dolor de cabeza’ a la hora de usar las ‘naranjas’.
“Los conductores no paran. Según ellos porque como me subo por la puerta trasera, ellos deben esperar unos minutos y pierden tiempo”, agregó la tendera de 64 años.
“A veces duro hasta media hora haciéndoles el pare y pasan y pasan y nada. Entonces me toca abordar un taxi y del barrio Picaleñita de Ibagué al Centro, ruta que más uso, por barato, la carrera de ida vale 14 mil pesos. Es decir, cuando las busetas no paran, gasto unos 28 mil pesos y no me parece justo”, añadió la comerciante.