IBAGUÉ. Ante el Juez Segundo Penal del Circuito, José Arnovel Tapiero Guzmán aceptó el preacuerdo que firmó con la Fiscalía 11 Seccional de la Unidad de Vida, donde aceptó el feminicidio de su esposa, Lina Marcela Cañón Suaza.
El sujeto aceptó los cargos por feminicidio agravado, violencia intrafamiliar agravada y ocultamiento, y destrucción de material probatorio.
Además, perdió la patria potestad sobre las hijas que tuvo con su asesinada esposa, durante el mismo tiempo de la condena.
Las agresiones. El 13 de septiembre de 2017, ante la presión de la familia de su esposa, Tapiero Guzmán se acercó hasta la Fiscalía donde confesó que asesinó a su compañera sentimental Lina Marcela, de 25 años de edad.
La mujer había regresado a la casa de su agresor dos días antes, el sujeto fue hasta la vivienda del progenitor de la occisa y la convenció de regresar.
Y es que la joven madre, fue víctima de golpes con puños y patadas de Tapiero Guzmán porque empacaba la ropa en bolsas de basura con el propósito de irse de la casa, incluso los vecinos llamaron a la Policía, no obstante, ese día no pasó nada.
El feminicidio. El día de los hechos el sujeto se llevó a su compañera sentimental con sus dos hijas de cinco y siete años de edad, hasta la vereda La Pedragosa, del barrio La Gaviota.
Delante de sus hijas el hoy condenado la tiró al suelo, se subió encima de ella y le aprisionó el pecho con sus pies.
Luego tomó una cuerda que llevaba para amarrar unos plátanos y la usó hasta estrangularla. Después arrojó el cuerpo a un abismo.
La denuncia. La hermana de Lina Marcela la buscó porque extrañamente luego de regresar con su ‘verdugo’ no los volvió a llamar y al acercarse a la vivienda en el barrio La Gaviota, una de las niñas le contó que su papá había matado con un cuchillo a la mamá y la había tirado.
