IBAGUÉ. “Armero además de ser recordado por el llamado ‘castigo’ de la naturaleza de noviembre de 1985, ahora también lo será por la muerte el 22 de abril de 2017 de ‘Sarita’”. Con estas palabras el Juez Primero Especializado inició su intervención en la que declaró culpables a los padrinos por la tortura y muerte de la pequeña.
Antes de seguir con su argumentación, recordó la frase: “Una sociedad que ataca a los niños, es una sociedad enferma”.
La tortura. Y es que con base en las pruebas recolectadas por los peritos de la Fiscalía, Policía, Medicina Legal, topógrafos, biólogos, médicos legistas, pediatras y generales, y demás expertos que declararon durante las sesiones en estos tres meses de juicio oral, el togado aseguró que la Fiscalía probó que la muerte de la niña fue violenta.
Llamó la atención el Juez Especializado ante la presencia como testigo del niño de cinco años, hijo de la pareja, los hoy culpables Ángela Johana Guerra Urueña y Edilberto Rojas Torres. Calificó como un vejamen haberlo involucrado en este caso y refirió que en el fallo hará alusión frente a este punto, para que el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (Icbf) tome cartas en este asunto.
Además que, poco a poco, luego de observar la foto aportada por un perito en las diligencias, donde la niña luce unas orejas de Mickey Mouse, en la cual lucía feliz y luego al ver las de la necropsia, se constató que el estado físico de la menor de edad se fue degradando hasta que perdió la vida.
De igual manera, recordó el impacto al verla muerta con su carita cadavérica y los testigos escuchados a lo largo del juicio señalaron que siempre lucía bien, excepto uno, que ha sido objeto de agresión en Armero – Guayabal.
La muerte. La pequeña falleció por un trauma encefálico conocido como el síndrome del niño zarandeado. Tenía anemia; sufrió maltrato crónico y agudo; presentaba un hematoma craneal, sangre en los ojos, fracturas en el omoplato, fémur y múltiples cortadas. Además no tenía el cartílago de la nariz, le faltaba la falange de un dedo, tenía una uña levantada y registraba heridas desde la cabeza hasta la punta del pie.
Los delitos. El Juez halló responsable a Guerra Urueña de los delitos de homicidio y tortura agravados, pero la absolvió por el acceso carnal violento agravado, al señalar que hay imposibilidad jurídica porque no sabe cómo fue abusada la niña. Y en el caso de Rojas Torres, fue condenado por la tortura agravada por la acción por omisión.
Las frases del juicio. Señaló la delegada del Ministerio Público, “no quedó un espacio en el cuerpo de Sarita que no fuera atacado”. El Fiscal Quinto Especializado refirió: “Lo que le sucedió a ‘Sarita’ fue escabroso, fue brutal”. Por su parte, el administrador de justicia indicó que la muerte “fue bastante cruel. A la menor la tomaron inclusive como objeto sexual”.