IBAGUÉ. Durante el juicio oral en contra de Ángela Johana Guerra Urueña y Heriberto Rojas Torres, padrinos de ‘Sarita’, la niña torturada, violada y asesinada hace un año en Armero – Guayabal, la procesada señaló por medio de su abogado que quería aceptar cargos.
Sin embargo, en el momento en que el Juez Primero Especializado le preguntó si estaba segura de aceptar los cargos por tortura, acceso carnal violento y homicidio, todos los delitos agravados, la mujer dudó.
De igual manera, el togado le señaló que podría enfrentar una condena mínima de entre 400 y 600 meses de prisión por el delito más grave sin sumar los otros y no tendría rebaja de la condena, así que la procesada con risa nerviosa dudó en contestar que sí, así que el Juez en aras de garantizar el debido proceso y porque Guerra Urueña no tenía clara la decisión a tomar decidió seguir con el juicio oral.
Detalles infames. Durante la diligencia judicial declaró el médico forense de Medicina Legal de Ibagué que la examinó.
El profesional, al igual que los otros médicos, confirmó el estado de suciedad en el que estaba la pequeña. Indicó que tenía hongos en las manos y los pies.
Además, según el informe que entregó en ese momento, 22 de abril de 2017, la niña tenía lesiones antiguas y nuevas que correspondían a maltrato físico agudo y crónico; la pequeña tenía lesiones, contusiones, cicatrices y abrasiones en diferentes partes de su cuerpo, la falta del cartílago nasal y una falange; signos de maltrato, abandono, desaseo, desnutrición y anemia.
Sumado a ello, desfloración reciente y antigua, lo que significa que sufrió acceso carnal vaginal y anal.
Por su lesión cerebral la incapacidad que le dictaminaron en ese momento fue de 55 días.
El público asistente a la audiencia salió de la sala mientras el médico forense mostró las fotos de la niña en el Hospital.
