IBAGUÉ. El Juzgado Primero Especializado condenó a sujetos que efectuaban actividades de minería ilegal en la vereda China Alta, jurisdicción de Ibagué.
Entre los condenados se destaca a Elías de Jesús Peralta Escobar, un paraguayo, quien deberá pagar 27 años y medio de prisión. Se ordenó su expulsión del país y se emitió la orden de captura en su contra.
El extranjero deberá pagar por los delitos de fabricación, tráfico o porte de armas de uso privativo de las Fuerzas Militares agravado, porte ilegal de armas, contaminación ambiental por explotación de yacimiento minero o hidrocarburo, daño en los recursos naturales y violación de fronteras para la explotación o aprovechamiento de los recursos naturales.
Los demás. En el caso de Jhon Henry Correa Restrepo y Hernán Betancourt Cárdenas, ambos fueron condenados a 26 años y medio.
Jhordan Carabalí Carabalí, Arnubio Sandoval Ararat, Fanor Andrés Rojas y Waghsiton Landázuri Araujo, deberán permanecer en prisión siete años y medio por las conductas punibles de daño en los recursos naturales y contaminación ambiental por explotación de yacimiento minero o hidrocarburo. Estos últimos, fueron absueltos de los delitos de porte ilegal de armas de uso privativo de las Fuerzas Militares y porte ilegal de armas de uso personal.
Hechos. El 25 de julio de 2015 miembros del Ejército Nacional y el CTI de la Fiscalía llegaron a la Finca Las Golondrinas de la vereda China Alta, de Ibagué, donde vieron a dos hombres con armas de fuego, entre ellos al paraguayo, quien accionó su arma y huyó del lugar. Además Jhon Henry Correa Restrepo disparó con un revólver calibre 38 en contra del Ejército.
En el lugar hallaron un campamento y, a 30 metros, una mina de oro donde estaban los demás condenados.
Uno de los sujetos, Hernán Betancourth entregó al CTI tres revólveres calibre 38, dos escopetas calibre 12, nueve cartuchos para escopeta 12 milímetros, 11 cartuchos calibre 9 milímetros, tres cartuchos calibre 38, una lona blanca en la que había 40 barras de Indugel, nueve rollos o chipas de mecha de seguridad cebada, varias de ellas con un detonador eléctrico y 13 detonadores ineléctricos. La mina vertía sus desechos a la Quebrada Golondrinas y el sistema de explotación subterráneo, el sistema de arranque de perforación y voladura con martillos para taladrar la roca, destruía el medio ambiente de esta zona rural.