IBAGUÉ. Una botella de cloro y una papeleta de neguvón, un antiparasitario para animales, fue la fórmula mortal para que Blanca Nohemí Campos Ramírez, se suicidara luego de haberle discutido con su esposo.
Manuel Pérez le dijo a Q’HUBO: “El sábado estuvimos en un concierto en Funza, Cundinamarca, y de ahí salimos para una discoteca donde nos encontramos con unos vecinos del lugar donde estábamos viviendo, compartimos un rato pero el sitio lo cerraron como a la 1:30 de la madrugada y luego nos fuimos para la residencia”, empezó.
“Llegamos y nos acostamos pero cuando yo me estaba quedando dormido, ella me dijo: “Usted tenía otra vieja”; entonces discutimos. Me fui a la cocina para evitar más problemas y luego ella me buscó y nos dormimos”, indicó.
Pérez se despertó como a las 5:30 de la mañana del domingo y vio a su compañera vomitando. Dice él que le preguntó: ¿Qué le pasó, por qué esta vomitando?”, y ella le dijo: “Papi me tomé un veneno”.
Manuel llevó a su cónyuge al centro médico del barrio La Cabaña, localizado en Mosquera, donde vivían.
Sobre las 11:30 de la mañana los galenos le manifestaron al hombre: “Su compañera está mejor”, y él se fue a cumplir su labor como vigilante.
El tiempo pasó y Manuel salió a las 9:00 de la noche y recogió a su hija de 9 años de edad, en la casa de su vecina. Padre e hija fueron al centro de salud con la esperanza de que Blanca Nohemí estuviera viva, pero lastimosamente a las 10:00 de la noche, cuando llegaron, el celador del centro médico le dijo a Manuel que su esposa había muerto.
No olvide
Blanca Nohemí Campos vivió hasta hace un año y medio en el barrio La Estación, cerca a La Terminal.