IBAGUÉ. Un cuerpo sin vida que flotaba en el colector hídrico donde termina el canal de Mirolindo, fue la razón que motivó a los operarios de la empresa Hidro Tolima para llamar a las autoridades.
Historia. Entre las rejillas donde culmina el canal de Mirolindo en inmediaciones de Medicina Legal, sobresalía el cuerpo de un hombre que flotaba sin signos vitales en dichas aguas con un buso rojo, pantalón café, zapatos negros tipo colegial y una cabeza con poca cabellera. Al lugar llegaron miembros del cuerpo de Bomberos y unidades del CTI de la Fiscalía, para realizar el levantamiento del cadáver que por sus condiciones morfológicas y olor fétido, se trataría de una persona que habría fallecido hace unos tres días.
La víctima. Al momento de la inspección, los funcionarios del cuerpo de criminalística encontraron en los bolsillos del pantalón del occiso, dinero y documentos que lo identificarían como Orlando Vargas, un ciudadano oriundo de Rovira de 58 años de edad. Sin embargo, el cuerpo fue trasladado a Medicina Legal para llevar a cabo el estudio técnico del cuerpo para determinar si se trataría de la misma persona.
Las causas. Pese a que esta persona no tenía signos de violencia que evidencien que se trató de un homicidio, sí causó curiosidad entre los presentes las manchas de lodo y barro en su cuerpo, lo que deja en firme la posibilidad de que el hombre fue inicialmente enterrado y luego arrojado a las aguas mansas del afluente hídrico.
No obstante, las verdaderas causas del hecho que terminó con la vida de este hombre son materia de investigación de las autoridades competentes.