PRADO. El 31 de diciembre, en horas de la mañana, mientras se dirigía a la plaza de mercado de su natal Prado, Fernando Puentes Cruz, ingresó al ‘Pabellón Municipal’ a comprar unos bizcochos y artesanías para regalar y de inmediato una situación llamó su atención.
Resulta que en el enmallado del techo habían unas aves atrapadas, algunas de ellas estaban vivas, y otras, muertas por inanición (falta de alimento).
El esqueleto. Él, epidemiólogo, docente y defensor de los animales, le sorprendió bastante la escena pues, con mirar al techo, se ven los cuerpos de palomas y otros pájaros, en estado de descomposición. De unos animales, ya sólo está el esqueleto.
Pabellón Municipal. Este sitio era antiguamente, donde se vendía la carne traída del matadero, pero desde hace unos tres años, se convirtió en un sitio para la venta de alimentos y cerámicas, y se dejó como patrimonio cultural del Municipio debido a su novedosa arquitectura. “Sin embargo, se ha convertido hoy en una trampa mortal para las aves que al buscar un sitio para guarecerse, ingresan por algún defecto del enmallado (rotos o agujeros)”, dijo Puentes.
“Al entrar no vuelven a encontrar el sitio para salir , condenándolos a morir de hambre y de sed y nadie ha hecho nada a pesar del mal olor que dan los animales en descomposición”, agregó.
Que hagan algo. Hasta el momento, ni la Alcaldía y la Secretaría de Salud Municipal han tomado ‘cartas en el asunto’ toda vez que los malos olores y la proliferación de microorganismos y moscas transmiten enfermedades infecciosas.