IBAGUÉ. Hace 14 meses, el hijo de Sandra Casas está en la ‘correccional de menores’ de Ibagué, Politécnico Luis A. Rengifo.
A menos de un mes de que el joven salga de allí, la mujer decidió denunciar las agresiones de las que fue víctima el menor pues “he llorado mucho y me he sentido impotente porque he visto a mi hijo morado, chuzado y con el ojo reventado. Nadie denuncia públicamente y las quejas de los padres de familia no son tenidas en cuenta”.
Ella aseguró que en noviembre del año pasado, un educador le habría pegado una patada en el pecho al muchacho. “Supuestamente porque ellos no pueden dejársela montar. Yo no estoy de acuerdo con eso, si se portan mal que los castiguen pero que no les peguen”.
Hace 15 días cuando fue a visitarlo, lo encontró rayado en la espalda, en las manos y con el ojo hinchado.
“En esta oportunidad fueron los compañeros de habitación quienes lo cogieron a golpes y a varillazos. Los muchachos tienen acceso a drogas, navajas y varillas, entre otros elementos. ¿Quién los entra si a uno le requizan hasta los senos?. Duré dos meses rogándole al coordinador para que lo cambiara de habitación pero lo hizo hasta esta semana”, agregó.
“Yo lo veo más desconfiado, triste y agresivo. Se supone que el objetivo es resocializarlos pero pasa lo contrario”, puntualizó la madre.