IBAGUÉ. A María Flórez Garzón un ortopedista del área de urgencias del Federico Lleras del Limonar le dio una incapacidad de 10 días debido a que el domingo anterior tuvo un fuerte golpe en su rodilla al descender de una buseta de transporte público en el barrio Protecho Salado.
La historia. Marta salió muy temprano de su vivienda, como es habitual, porque asistió a misa y después recogió a su nieto, toda vez que se había comprometido a cuidarlo ese domingo.
Al regresar a su casa ubicada en el sector de Protecho Salado, la mujer no se percató que la buseta se detuvo al lado de una alcantarilla sin tapa y al bajar cayó directo a un agujero de cerca de dos metros de profundidad.
“Tuve una luxación en la rodilla y los brazos me quedaron llenos de ‘morados’, pero gracias a Dios al bebé no me le pasó nada”, indicó Marta.
Afortunadamente el niño no sufrió ningún rasguño en la caída y salió ileso del incidente. Mientras que ella ingresó por urgencias al Federico Lleras, allí el ortopedista que la trató le dio una incapacidad y debe andar en muletas.
Afectada. Después del incidente, la comunidad ha extrañado las tradicionales ‘alitas’ de pollo apanado que María vende, ya que por temas de movilidad y los constantes dolores en la rodilla afectada no le permiten trabajar.
“Ahora fue una rodilla, pero el día de mañana alguien se puede matar en ese hueco”, apuntó María.
Y es que los residentes de la manzana 20 de Protecho Salado refieren que esa alcantarilla no tiene tapa desde diciembre del año pasado, han tocado puertas en la Administración Municipal, pero no les han puesto cuidado.
“Nos hemos movido por todos lados, porque no es la primera vez que alguien tiene un percance en esa alcantarilla, pero parece que nadie tiene voluntad de colaborarnos”, señaló Didian Villegas, líder comunal.