IBAGUÉ. En el barrio Quirigua de Bogótá, Eduardo Acero Bermúdez, de 19 años de edad, hincha del Deportes Tolima, fue asesinado por un hombre que de acuerdo con las declaraciones de algunos testigos se quedó mirándolo y no toleró que el joven le preguntará si se le parecía a alguien.
La historia. De acuerdo con los familiares cercanos de Acero Bermúdez, los hechos ocurrieron a eso de las 12 de la noche cuando el jovencito iba acompañado con unos amigos camino a celebrar los resultados que el Vinotinto y Oro había obtenido en fin de semana, cuando se encontraron con hombre que después de quedarse mirándolos sacó un arma de fuego para dispararle a Eduardo Acero, ya que él le habría preguntado el porqué de su atención.
Persecución. El sujeto habría perseguido al joven que no alcanzó a cruzar la calle con sus amigos, lo que provocó que fuera alcanzado por una bala que le ocasionó una herida en su cabeza. De acuerdo con las declaraciones de personas cercanas el hoy fallecido, trató de refugiarse en un bus del SITP pero el conductor de este no le abrió la puerta.
Lo que pasó después. Luego de que el sujeto armado huyera del lugar, Eduardo Acero Bermúdez fue trasladado por una patrulla de la Policía Nacional hasta el hospital de Engativá, en donde esperó a su progenitora Luisa Fernanda Bermúdez para despedirse , ya que a pesar del trabajo realizado por el personal médico no se pudo hacer nada, dada la la gravedad de su herida. “Era un buen muchacho”. Una persona allegada a la familia de Acero Bermúdez, le contó a Q’HUBO, que el joven era uno de los que fundó la Vinotinto de Bogotá y que siempre acampanaba al Deportes Tolima a todos los partidos, además de ser un buen muchacho.
El joven hincha vivía en Bogotá en compañía de su mamá , una hermana menor de edad y su padrastro que de acuerdo con la allegada supuestamente es camarógrafo de Caracol y se conoció con la madre del occiso cuando visitó Ibagué para grabar la novela conocida como ‘Las Muñecas de la Mafia’.
El adiós. Después de haber sido velado en Bogotá, para después ser traído hasta la Funeraria Los Olivos, sede Cadiz, muchos hinchas del equipo Pijao llegaron a despedirse de él en medio de sus tradicionales cánticos.
Compañeros de aventuras decidieron que su cuerpo debía dar un recorrido por los alrededores del Estadio Manuel Murillo Toro, e hinchas acompañaron la marcha llegando hasta La Catedral en donde se realizó la misa. La banda del Vinotinto y Oro se hizo al frente de la Catedral para interpretar algunos cánticos mientras el cuerpo inerte iba rumbo al altar. Las exequias se llevaron a cabo en el Cementerio San Bonifacio.