IBAGUÉ. Cerca de cuatro días completan los incendios forestales en Lérida, Cunday, Carmen de Apicalá, Prado, Chaparral y Valle de San Juan, que no han podido ser controlados en su totalidad por los bomberos de las diferentes estaciones de los municipios, organismos de socorro y por la Fuerza Aérea que colabora en la gestión.
En julio, municipios como Falan con un promedio de 400 hectáreas quemadas, Lérida, Súarez, Carmen de Apicalá, Honda y San Luis fueron los más afectados por las conflagraciones.
La situación es compleja, ya que se registra más de un incendio en cada población. “Carmen de Apicalá tiene tres focos, Chaparral cuatro, Lérida tres”, indicó Eduardo Rodríguez, secretario de Ambiente y Gestión del Riesgo.
Las altas temperaturas son un factor negativo para estos casos, pero el principal desencadenante “es la mano del hombre con las mal llamadas quemas controladas, que deben desaparecer de nuestra cultura, así mismo, la falta de conciencia de los ciudadanos”, señaló Rodríguez.
Los más afectados. Las casas de estas zonas rurales son construidas con esterilla, lo que aumenta el riesgo, ya que son más vulnerables al fuego.
Recomendaciones. “Recordarle a los tolimenses que no dejen elementos metálicos y de vidrio en las zonas verdes y eviten hacer fogatas en los sectores rurales y denunciar a quienes provoquen estas llamas”, finalizó el secretario.
Lina María Sánchez