IBAGUÉ. “Enseñar a las personas con discapacidades cognitivas y físicas es muy enriquecedor”, comentó Freddy Hincapié, de su experiencia en el aprendizaje de danzas folclóricas en esta comunidad.
Desde hace seis años el instructor ha estado ligado a estos chicos, transmitiéndole ritmos autóctonos y coreografías de bambucos, cañas y rajaleñas.
“Al inicio fue complicado porque eran tímidos, pero con pedagogía, paciencia y entrega, los muchachos están más comprometidos y se les ve el entusiasmo”, explicó Hincapié.
Alrededor de 100 estudiantes están bajo la batuta de Freddy, actividad que desempeña paralelamente con sus estudios de ingeniería de sistemas que están a punto de culminar.
“Mis alumnos son las mejores personas con las que he trabajado. Son agradecidos, educados y bastante receptivos porque les gusta lo que se les enseña”, agregó el instructor.
Lo que empezó como un trabajo de talleres e instrucción de danza, se ha convertido en una necesidad y en un compromiso para Freddy, siendo partícipe de la superación de estos ‘niños grandes’.