IBAGUÉ. Con las armas de dotación en sus manos y abordo de sus motocicletas iban varios uniformados de la Policía Metropolitana, tras dos presuntos delincuentes que habían robado a una persona.
A los agentes les reportaron que en el barrio La Macarena, dos hombres en una motocicleta scooter tipo Bws, habían asaltado a una mujer.
Los policías que patrullaban iniciaron la persecución contra los sospechosos y pidieron el apoyo de las demás patrullas para que bloquearan el paso a los sospechosos que iban por la zona del estadio Manuel Murillo Toro.
Los sujetos entraron al barrio Los Mártires y terminaron en el barrio Uribe Uribe donde únicamente hay una entrada y salida para los carros y motos. Es decir, ya estaba cogidos.
Los uniformados llegaron hasta la carrera Tercera Sur con calle 36 y unos corrieron por la ribera del Río Combeima sin saber qué tipo de arma pudieran tener los presuntos asaltantes.
El otro grupo, que se quedó en la calle 36, detectó a uno de los sospechosos que iba a ingresar a una casa y procedieron a detenerlo, porque tenía las características que les habían dicho.
Además, las personas que estaban en el lugar comentaron que no era del barrio.
Faltaba uno. Los que estaban por la zona del río regresaron, pero en una de las calles encontraron la moto y alguien les dijo que el segundo estaba escondido en una vivienda en la que había una mujer.
Al hombre lo sacaron y lo llevaron al CAI y luego sería llevado con el compinche a la Unidad de Reacción Inmediata, de la Fiscalía, porque uno de ellos le habría ofrecido dinero a un agente para que lo dejara escapar.
No denunció. La víctima no quiso ir a la Fiscalía a poner la denuncia por temor. El coronel Adolfo Mora, comandante operativo de la Policía Metropolitana, hace un llamado a la ciudadanía a que denuncie a los ladrones: “Algunos no lo hacen por pereza, por falta de tiempo o credibilidad”.
El dato: “Dejo todo en manos de Dios”, fue la respuesta de la víctima a los agentes que le pidieron que pusiera la denuncia.