IBAGUÉ. La historia de vida del fisiculturista ibaguereño Alirio Hoyos podría compararse con la de la mitológica ‘Ave Fénix’, que según los griegos moría para renacer con toda su gloria, tal y como le pasó a él hace cuatro años.
Desde muy joven (14 años) a Alirio le gustó profundizar en los temas de energía espiritual, de la mano de un maestro hindú, que según él, le enseñó a “controlar y modificar el cuerpo humano gracias a la sabiduría universal. Esto fue vital para lograr superar el accidente que cambió mi vida”, dijo.
En el 2006, mientras Hoyos se dirigía en su motocicleta de alto cilindraje desde el gimnasio hasta su casa, sufrió un derrame cerebral. “Todo fue a causa de un choque de temperaturas porque mi cuerpo estaba aún caliente por el ejercicio y empezó a llover torrencialmente, y como tenía simplemente un esqueleto, pues peor”, sostuvo el tolimense.
Y agregó: “Yo me morí en la moto. Lo digo porque sentí que mi espíritu abandonó el cuerpo. Tanto así que pude ver como caía con el vehículo por un puente y me golpeaba por todas partes. Fue un shock tremendo”.
Alirio cuenta que siguió su cuerpo hasta la Clínica Shaio, donde fue declarado muerto a los pocos minutos de ingresar. “Recuerdo bien que hasta allá llegó una compañera del trabajo a la que yo le había comentado que mi cuerpo nunca moriría, debido a los conocimientos que me había dejado mi maestro”, manifestó Hoyos.
“Por ese motivo, ella le insistió a un médico que intentara reanimarme. Tras varios ruegos, el doctor cedió y logró en el último intento que yo respirara de nuevo. Eso generó una conmoción en la sala, porque ni siquiera estaba en una pieza, ya que me tenían desnudo y tapado con una sábana”, agregó.
Esta insólita situación es considerada por Alirio Hoyos como una resurrección y no como un milagro. “Porque los milagros no tienen explicación, en cambio la resurrección sí, ya que es volver a nacer, pero en el mismo cuerpo, como me pasó a mi. Además, yo llevaba varios años pidiéndolo (su muerte), pero la embarré porque no especifiqué cómo, y por lo tanto me tocó de una manera muy dolorosa”, puntualizó.
Se recuperó en un año
Después de volver a la vida, a Alirio le dijeron que había quedado parapléjico. “El mejor médico de Colombia en esa especialidad me recomendó devolverme a Ibagué, porque yo no podría ser el mismo de antes. A pesar de escuchar esto, comprobé que todo lo que había aprendido era cierto, ya que lo puse en práctica y en casi un año pude volver a caminar. No era nada del otro mundo, simplemente controlar mi cuerpo con la mente”, contó el ahora entrenador de fitness, fisiculturista y médico especializado en técnicas energéticas, quien ayer celebró en Bogotá, donde aún reside, sus 42 años de vida.
RONAL RENGIFO ÁLVAREZ
