IBAGUÉ. Un testimonio frío y contundente tuvieron que escuchar los investigadores de la Sijín tras la captura de Jhon Fredy Rodríguez Suárez quien dijo cómo y el porqué asesinó a Ángela Carolina Acevedo Barragán.
El pasado 16 de agosto en la mañana, Acevedo Barragán fue invitada por su pareja y un cuñado para que fueran de cacería a la vereda El Recuerdo, pero a ella no le gustaba dicha actividad.
Los dos hombres se fueron y la adolescente se quedó sola en la vivienda en la vereda Río Lindo, zona rural de Villarrica.
Ese día, a las 2:00 de la tarde, ella le envió un mensaje de texto a su cuñado en que le dijo: “Dígale a Óscar que me voy para allá, que me demoro porque salgo a pie”.
Los dos hombres decidieron regresar para encontrar a la joven en el camino, pero no fue así.
Para ellos no fue normal y empezaron a indagar en las casas de los vecinos por donde podría haber pasado. Alguien les manifestó que la había visto por la vereda Crucero Alto.
Ese día terminó y de Acevedo Barragán no supieron nada, por lo que al siguiente, salieron los parientes y vecinos a buscarla.
Cada día que pasaba era un desespero para todos, pero había una persona que no quiso ayudar con la búsqueda, se trataba de Rodríguez Suárez quien habló con Aníbal Cruz, tío del esposo de la adolescente: “Tuvimos sospecha de él por su comportamiento”, afirmó el pariente.
La encontraron. Más personas se unieron para encontrarla y siete días después de la desaparición se focalizaron en el sector de Crucero Alto donde la vieron por última vez.
A pesar de que habían pasado varias veces por el mismo punto, el viernes Wilson Salinas y Hernando, dos vecinos, notaron algo raro en el terreno: “Llamaron a las demás personas, entre ellas los bomberos. Mi hermano metió una peinilla (machete) al fondo de la tierra y sintieron una bolsa”, contó Cruz.
Cuando empezaron a quitar las hojas de palma, vieron parte del cuerpo porque estaba al lado de un hormiguero y enterrada aproximadamente a 20 centímetros.
Asfixiada. El cuerpo estaba sin ropa y en el cuello tenía una blusa con la que la habrían asfixiado; además tenía golpes.
“¿Quién fue?” Era la pregunta que tenían los parientes y los investigadores, que el lunes fueron informados de que Rodríguez Suárez, quien vive en la finca El Capitolio, había tomado un veneno con el que fumigan la papa.
El sujeto confirmó a los agentes que él estaba desyerbando cuando pasó la joven, la cogió por la espalda y la llevó a zona boscosa donde la tomó por el cuello hasta acabar con su vida, y luego con un machete le quitó la ropa.
¿Por qué la mató? Años atrás la compañera de Rodríguez Suárez, con quien tuvo dos hijos, lo había dejado. Pero en el 2012 él la llamó y le dijo que quería que arreglaran las cosas y Yuli Marcela Celemín aceptó.
Se reunieron en la finca Monterrey de la vereda Bosatama en Soacha, Cundinamarca.
Ambos tuvieron una pelea y él la tomó del cuello la abusó y luego la asfixió. El cuerpo lo tapó con hojas y un costal. ¿Qué tiene que ver lo anterior con la muerte de Acevedo Barragán? Pues, según el individuo, se parecía a su esposa.