IBAGUÉ. Un adolescente de 13 años de edad que iba con su hermano por el sector de Vasconia Reservado fue brutalmente golpeado por un sujeto, de quien la comunidad señaló que es un prestamista, porque el menor de edad, quien vive con una condición de autismo, le pidió unas monedas el martes en la tarde.
La madre del jovencito comentó que ella se encontraba en una entidad bancaria cuando sucedieron los hechos. Una persona la llamó y le dijo que se fuera para una clínica de Cádiz porque a su hijo lo había atropellado una moto:
“La doctora le preguntaba y él decía que le dolían las rodillas, la cabeza y los hombros. Le tomaron unas radiografías y le dieron salida”, comentó.
Una conocida le indicó a la progenitora que lo sucedido al menor de edad no había sido ningún accidente: “El niño pasaba con el hermano. Una señora lo llamó para darle jugo. Se arrimó y ahí estaba un señor alto, negro, gordo en una moto, que es prestamista. Mi hijo lo vio contar plata y le pidió 200 pesos. El señor le dijo que no, entonces mi hijo le dijo molestando que lo iba a matar, que yo no sé qué. El señor le respondió: ‘Pues venga’, se le mandó encima y me lo cogió a golpes”, comentó la mamá del afectado.
“El niño cayó, empezó a convulsionar y a botar babaza”, puntualizó indignada la mujer. Sobre el hecho, Evelio Patiño, líder de la Comuna Ocho, indicó que según testimonios de los habitantes del sector donde ocurrió el ataque, el hombre iba en una moto blanca, llevaba un pantalón jean azul y un buso gris. Además iba con una mujer en embarazo de parrillera:
“Es preocupante porque se trata de un menor de edad. El niño no merecía esa golpiza de ese señor. Incluso una persona que es la esposa de un policía activo de la Metropolitana vio cuando lo atacó y le alegó. Donde la comunidad lo alcance, lo cogen a pata y puño”, dijo. Y puntualizó que se llamó a la Policía Metropolitana, que desplegó un operativo para interceptar al sujeto, pero logró huir de la zona.
¿Qué es el autismo?
Es un trastorno infantil que tiene mayor incidencia en niños que en niñas. El autista tiene una mirada que no mira, pero que traspasa. El niño empieza a parecer extraño porque no habla. Le cuesta asumir el ‘yo’ e identificar a los demás. Tampoco establece contacto social de ninguna forma. Pueden presentar conductas agresivas incluso para sí mismos. El niño autista también suele tener una tendencia a realizar actividades de manera repetitiva como dar vueltas o realizar movimientos rítmicos con su cuerpo, como aletear los brazos. En la adolescencia, algunos autistas pueden tener ataques epilépticos (con información de www.guiamedicainfantil.com).