La marcha de los ‘ojitos rojos’

IBAGUÉ. La entrada de la Universidad del Tolima fue el punto de encuentro para el plantón y posterior marcha organizada por la Comunidad Canábica del Tolima, con el fin de socializar temas como el consumo responsable de marihuana tanto en la parte recreativa como médica, los estigmas que la sociedad tiene hacia quienes utilizan la planta, y también fue la oportunidad para que uno que otro saliera del ‘clóset canábico’ y le mostrara a la sociedad en general su simpatía por la ‘yerba’.
Mauricio Ardila, estudiante de la Universidad del Tolima y miembro de la Comunidad Canábica, indicó que desde hace dos meses se empezó a forjar la idea, y que pese a que se trataron de gestionar los permisos para la actividad ante la Administración Municipal, fueron negados:
“La doble moral del Estado no nos lo permitió. Tratamos de hacerla sin permiso, pero eso implica que la Fuerza Pública tome represalias directas contra quienes hacemos parte de esta comunidad. Por nuestra seguridad, decidimos hacer un plantón en la Universidad con el fin de mostrarle a la sociedad ibaguereña que existimos, que no somos un problema desde la perspectiva que tiene el Estado, como delincuentes”, indicó.
Oscar Patiño, uno de los activistas que asistió al acto, aseveró: “Desafortunadamente, hay mucha gente que practica el consumo de la marihuana, pero no defiende sus posiciones ante la sociedad. Somos perseguidos por la Policía, y debería darse una participación más amplia, que la gente sepa por qué se fuma, no es de pararse en una esquina a hacerlo. Son prácticas ancestrales, incluso religiosas. Esperábamos de pronto una asistencia masiva, que así como la gente consume, también viniera para hacer valer sus derechos”, puntualizó.

CERRADO EL PASO
Aparte de la presencia de la Policía Metropolitana alrededor de la Universidad del Tolima, que los activistas calificaron como intimidatoria y provocadora, Ardila afirmó que la Universidad del Tolima también intentó censurar la actividad con la instalación de candados en los portones para evitar el ingreso: “A la gente de afuera, que no pertenece a la Institución, no la dejaron entrar. El estigma nos obliga a estar afuera”, agregó.
“La idea es hacer actos culturales en la Universidad y darnos el espacio. A pesar de que traten de negarnos, en ciudades más avanzadas y evolucionadas en estos aspectos, ya nos ven como lo que es, una industria. No es copiar ese tipo de procesos, sino analizarnos y darnos cuenta que a ellos sí les funcionó. Podemos adaptar ese tipo de procesos a los nuestros. Ya lo hicimos con las leyes, las constituciones, nada de eso lo inventamos, todo lo trajimos de ellos”, concluyó el activista.

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